George Gao, director general de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de China, ha concedido una entrevista en «Sciencemag.org» donde ha señalado las enseñanzas que dejó el virus en su país
George Gao, director general de los Centros de Control y Prevención
de Enfermedades (CDC) de China, tiene a su cargo a 2.000 empleados y ha
participado en algunos de los primeros y más importantes estudios sobre el
SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19: ha participado en el aislamiento
e identificación del virus y en los primeros estudios que detallaron la
epidemiología de la enfermedad, así como varios artículos en «The Lancet».
Recientemente ha concedido una entrevista a «Sciencemag.org» donde
este experto en virología e inmunología, doctor en la Universidad de Oxford y
que también se formó en la Universidad de Harvard, reflexionó sobre las
lecciones que la epidemia del coronavirus ha dejado en China. En base a estas
enseñanzas, ha
avisado del «gran error» que se está cometiendo en Europa y Estados Unidos.
«En
mi opinión, el gran error es que la gente no se está poniendo las
mascarillas», ha dicho Gao, en una entrevista que le ha llevado dos
meses conseguir a «Science». «Este virus se transmite por gotitas y por
contacto cercano. Por eso tienes que llevar una máscara, porque cuando hablas
siempre salen gotas de tu boca. Mucha gente tiene infecciones
asintomáticas o presintomáticas. Si llevan máscaras, pueden evitar
que las gotas cargadas de virus escapen e infecten a otros», ha detallado.
Ayer mismo,
Austria se unió al pequeño club de países europeos, entre los que está
República Checa y Bosnia-Herzegovina, que harán obligatorio el uso de máscaras
en espacios públicos.
La enseñanza más
importante
Además
de eso, en opinión de George Gao la enseñanza más relevante aprendida en esta
epidemia es la importancia de «aislar todos los casos y poner
en cuarentena los contactos cercanos». Suspender las congregaciones
públicas y el bloqueo de las ciudades también son indispensables. De hecho, un
estudio publicado recientemente en «Science» indicaba la importancia de poner
en marcha estas medidas desde la aparición de la dispersión comunitaria de a
enfermedad, cosa que ocurrió en
España al menos desde el 28 de febrero.
Este
investigador se ha mostrado escéptico en relación con la idea de que la
expansión del virus se frenará
con el calor del verano y ha señalado la
necesidad de que más estudios científicos trabajen en esta cuestión: «Mucha
gente piensa que el virus es frágil y particularmente sensible a la temperatura
o la humedad. Pero, gracias a estudios hechos en China y Estados Unidos, parece que es muy resistente en algunas
superficies, y que podría sobrevivir en muchos medios».
El misterioso
origen de la epidemia
El investigador
ha reconocido que todavía no se conoce a ciencia cierta cuál es el origen del
virus y ha negado que las autoridades chinas tardasen en compartir la secuencia
del virus, aunque la primera secuencia se obtuvo el 5 de enero, pero no fue
hasta el día 8 hasta que se hizo pública.
«Creo
que el tiempo que pasó entre la aparición del artículo -con la secuencia-
y el momento en que se informó a la OMS fue de unas pocas horas.
Desde luego no más de un día». Al insistirle el periodista, Gao ha dicho que
hubo que esperar a las autoridades sanitarias para hacer el anuncio: «No
quieres que el público entre en pánico, ¿no? Y nadie en ningún país podría
haber predicho que el virus iba a causar una pandemia. Esta es la primera
pandemia que no es de gripe»
«Nadie en ningún país podría haber predicho que el virus iba
a causar una pandemia»
En este sentido, ha explicado por qué no
fue hasta el 20 de enero cuando las autoridades sanitarias chinas informaron de
la transmisión de persona a persona del virus. «No había datos epidemiológicos
todavía. Y nos estábamos enfrentando a un virus loco y oculto desde el
comienzo. Lo mismo es válido para Italia, cualquier otro lugar de Europa y
Estados Unidos: al principio, los científicos y todo el mundo pensaron:
"bueno, no es más que un virus"»
«Al principio, los científicos y todo el mundo pensaron:
"bueno, no es más que un virus"»
George Gao ha confirmado que en la actualidad China prácticamente solo está registrando casos importados y que no se puede confiar en la inmunidad de grupo para frenar una futura epidemia: las autoridades están tratando de ganar tiempo para conseguir antivirales y vacunas. En relación con esto último, ha dicho que en abril ya se deberían haber conseguido los primeros resultados sobre un tratamiento basado en remdesivir. Por último, ha contradicho a Donald Trump, presidente de Estados Unidos, quien empezó a designar al SARS-CoV-2 como «virus chino»: «Definitivamente, no es bueno llamarle virus chino. El virus pertenece a la Tierra. Es nuestro enemigo común, no el enemigo de ninguna persona o país»
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