sábado, 9 de noviembre de 2013

COMO INCENTIVAR A QUE LOS NIÑOS URBANOS SE CONECTEN CON LA NATURALEZA


 
Las nuevas generaciones están perdiendo el contacto con la naturaleza, sugieren varios estudios. ¿Cómo recuperarlo? Para empezar, menos pantallas y más aire libre. Que los niños de ciudad, pegados a la televisión, las tabletas, los teléfonos y las computadoras, se están olvidando de cómo trepar árboles no es novedad. Pero cada vez más, los especialistas están insistiendo en la necesidad hacerlos reconectar con la naturaleza. Y no sólo por nostalgia o por conciencia ambiental.

En el Reino Unido, casi 400 organizaciones nacionales, como la Sociedad Real para la Protección de las Aves, intentan inspirar a los niños para que vuelvan a interesarse por el entorno natural.

“El tiempo que se pasa al aire libre ha disminuido, las excusiones son mucho más cortas, los niveles de actividad han descendido y se ha perdido la capacidad de identificar especies comunes”, dice Andy Simpson, quien encabeza la campaña The Wild Network (la red salvaje).

La preocupación va más allá de fomentar el interés por conservar y cuidar el medio ambiente. Según la hipótesis del autor estadounidense Richard Louv, quien acuñó la frase “trastorno de déficit de naturaleza” en 2005, el alejamiento del mundo natural implica un amplio espectro de problemas de comportamiento.

Para evitar esto, la campaña promueve que los niños salgan y disfruten de los simples placeres que ofrece el aire libre.
“Puede ser saltar en los charcos, jugar con las montañas de hojas secas que se juntan en otoño o escuchar cómo cantan los pájaros desde las copas de los árboles”, sugiere Phil Burfield, de la RSPB, “Pero sobre todo es importante divertirse”.

De acuerdo a varios estudios, este tipo de interacciones puede mejorar la actividad cerebral, reducir los niveles de agresión y aliviar la depresión. En 2012, un estudio realizado por psicólogos de las universidades de Utah y Kansas, en Estados Unidos, mostró que personas que habían pasado cuatro días acampando desconectadas de dispositivos electrónicos mejoraban en un 50% su desempeño en un test de creatividad.
 
NATURALEZA URBANA
Sin embargo, no hace falta irse muy lejos para permitir el influjo de la vida silvestre. Un simple paseo por un parque puede ser beneficioso. “Todos podemos cometer el error de pensar que la naturaleza está sólo en ciertos lugares y que el asfalto, los ladrillos y los densos ambientes urbanos significan que allí no hay naturaleza”, explica Lorna Fox, de la Fundación de Vida Silvestre de Londres.  “Pero la naturaleza está en todas partes, y en cuanto sales de tu casa, estás al aire libre”. “Se trata de encontrar la vida silvestre en la puerta de tu casa y de descubrir las visiones, sonidos y olores de la naturaleza, así sea en un pequeño jardín, un parque local o un espacio verde al final de la calle”, explica David Bond, director de una película documental que promueve The Wild Network. Pero, ¿por qué nos distanciamos cada vez más de la naturaleza? Algunos dicen que se debe a que trabajamos más horas, o a que dependemos más de la tecnología.

Otros creen que la gente siente que el mundo exterior es cada vez más inseguro, o que ya no se conocen los beneficios que ofrece la vida silvestre. Según Fox, el contacto con la naturaleza puede favorecer la vida en el entorno urbano. Por ejemplo, facilitando mejores interacciones sociales. “Hacer algo al aire libre -dice- significa hacer algo con las manos, explorar con los ojos, con los oídos, tal vez con el olfato. Y eso significa mejores relaciones con los demás”.

Además, los organizadores de The Wild Network creen que cambiar 30 minutos de televisión y videojuegos cada día por actividades al aire libre puede mejorar la salud, la lucidez y el bienestar de los niños. Aquí van, entonces, cinco ideas simples para que niños y adultos salgan y disfruten de la naturaleza, incluso en la ciudad:

Pararse, mirar, escuchar
Actividades como mirar cómo caen las hojas de los árboles por unos segundos o dedicarle 10 minutos a observar un pájaro. Es bueno tomarse el tiempo de mirar y detectar la vida silvestre que nos rodea.

Caminar por un parque
Un simple paseo por un parque puede ser un rápido remedio natural. Para identificar lo que se ve, se puede tomar una foto y compartirla en la página web iSpot (actualmente en inglés, pero con planes de ampliar los idiomas pronto), en la que los usuarios ayudan a reconocer plantas y animales.

Usar los otros sentidos
Nos confiamos demasiado en la vista y una de las formas más simples de volver a conectarse con el mundo natural es usar los otros sentidos: tocar la corteza de un árbol, escuchar a los pájaros, las ranas, los grillos, oler las flores y las hojas.

Más espacio para la naturaleza
Ofrecer un hogar a la vida silvestre, aunque sea en un pequeño jardín o cualquier espacio verde. Construir un comedero para pájaros, amontonar ramitas y hojas para reptiles y anfibios o crear un hotel para insectos.

Dedicar tiempo a los árboles
Incluso en los ambientes urbanos hay árboles. No es tan difícil observarlos y notar cómo cambian con las estaciones, e identificar sus hojas, sus formas, sus colores.

sábado, 2 de noviembre de 2013

CÓMO NORUEGA CONVIERTE LA BASURA EN COMBUSTIBLE ECOLÓGICO



La planta Klemetsrud que convierte toneladas de basura en energía diariamente es la más grande de Noruega (BBC Mundo)

Olvídese del carbón, la gasolina, el gas de esquisto (shale gas), incluso de la energía nuclear. La bolsa de la basura llena de desperdicios del hogar se ha convertido en Noruega en una de las fuentes de combustible. Trate de imaginar el olor cuando pasa el camión de la basura en un caluroso día de verano. Respire por la nariz. ¿Hiede, cierto? Ahora multiplique ese olor por mil. Eso es lo que se siente dentro de las instalaciones de la planta de recuperación de energía más grande de Noruega, la planta Klemetsrud. Un gran espacio de concreto lleno de basura. Decenas de miles de toneladas de basura amontonadas. Una banda transportadora que cruje para verter más. Camiones de basura parquean en reverso hacia los enormes vertederos y depositan más bolsas repletas de desperdicios.


Una enorme garra industrial deciente. Sus pinzas recogen una tonelada de basura y la transportan hasta el otro extremo de la sala donde la deja caer. Una nube de polvo blanco se acumula y pronto inunda todo el lugar. No es bueno estar aquí por mucho tiempo. Aquí es donde los residuos expulsados por millones de hogares de Noruega, el Reino Unido y en otros lugares se convierten en calor y electricidad para la ciudad de Oslo.
 

CALEFACCIÓN BARATA
La basura es preseleccionada. Todo lo que se puede reciclar ha sido sacado ya. Sin embargo, todavía quedan más de 300.000 toneladas cada año. Ellos no lo ven como un residuo, lo ven como energía. “Cuatro toneladas de residuos tienen la misma energía que una tonelada de combustible”, dice Pal Mikkelsen, director de la agencia Waste to energy, basura para energía, en español, en Oslo. “Es una gran cantidad de energía y nosotros usamos muy poca energía para transportarla”, agrega. Mikkelsen asegura que una tonelada de combustible de petróleo podría calentar una casa durante un año y medio. En otras palabras, tome una pequeña parte de la carga máxima de un camión recogedor de basuras británico, cargado en las ciudades de Lees o Bristol. Conviértalo en energía aquí y podrá calentar una casa en Oslo durante medio año. El proceso es simple. Los residuos, tonelada por tonelada, caen en un incinerador. La temperatura se eleva a 850 grados. Al mirar a través de la ventanilla de cristal endurecido, se ve el fuego arder en color naranja mientras rugen las llamas. ESCUELAS MÁS VERDES No todo se quema. Quedan latas viejas y algunos resortes de colchones entre las cenizas y metales –que luego se reciclan-, y mucho calor. El calor hierve el agua. El vapor impulsa una turbina que produce electricidad. Y el agua hirviendo se canaliza hacia fuera de la planta, a las casas y las escuelas públicas de todo Oslo.


Lo que significa que el gerente técnico de la escuela Bjoernholt Agnar Andersen, ya no tiene que preocuparse más por el suministro de combustible durante el duro invierno noruego. “No tenemos que pensar en los aceites combustibles o en los combustibles fósiles. Están siendo eliminados de la última escuela este año”, dice Andersen. Con la capacidad completa la planta proveerá de calor y electricidad a todas las escuelas de Oslo y calor a 56.000 hogares. Es el sueño de todos los ecologistas, debe estar pensando usted, pero no necesariamente, advierte Lars Haltbrekken, del Consejo de Amigos del Este de Noruega. “La meta primordial desde una perspectiva ambiental debería ser reducir la cantidad de basura, reusar lo que se pueda reusar, reciclar y después, la cuarta opción es quemarla para producir energía. “Hemos creado sobrecapacidad en las plantas de Noruega y Suecia. Y ahora dependemos de producir más y más basura”.

 

MÁNDENOS SU BASURA
Los entusiastas no están de acuerdo. Señalan que, usadas todas las plantas de conversión de basura de energía de Europa, sólo alcanzan a consumir el 5% del total de rellenos sanitarios. Aseguran que Noruega está ayudando a deshacerse de alguna de la basura de la mejor manera posible.

Esto es especialmente cierto en el caso de ciudades como Leeds y Bristol, en Reino Unido. Ambos exportan residuos a Oslo. En lugar de pagar por llevarlos a un vertedero de basura después de que los elementos reciclables han sido retirados, lo que hace es pagarle a Oslo para que se ocupe de ellos.

Así, Oslo recibe dinero por recibir la basura y obtiene además la energía a partir de ella. La revolución de conversión de residuos en energía también se puede escuchar en las calles de la capital noruega, con el bus número 144. Está alimentado por biogás creado a partir de la materia orgánica en descomposición de la ciudad.

 
Un kilogramo de residuos de alimentos produce la mitad de un litro de combustible. Con todos los residuos orgánicos que tienen podrían darle energía a 135 buses durante un año entero en Oslo. Si este proyecto fuera replicado en toda Europa Pal Mikkelsen cree que haría una gran diferencia. “Significaría conseguir un mejor nivel de autosuficiencia en lo que respecta a la energía. Si se hace correctamente, sería además la recuperación de materiales y una fuerte disminución en los rellenos sanitarios“, le dice Mikkelsen a la BBC. Con los estrictos controles de limpieza de gases productos de la combustión, Oslo cree que convertir basura en energía ayudará a reducir a la mitad las emisiones de carbono en los próximos 20 años, haciendo de la ciudad en una de las ciudades verdes del planeta.