Las víctimas pasan de 4.075 a más de 7.000 para “tener una visión completa del impacto que está teniendo la tendencia en relación a los fallecidos", dijeron las autoridades
A una semana del
cambio de ministro de Salud en medio de una crisis de
credibilidad en torno a las cifras de fallecidos por la covid-19, el Gobierno
chileno ha informado por primera vez de 3.069 casos de probables muertes por el
virus, es decir, que no tienen confirmación de un examen de PCR, pero donde
hubo síntomas atribuibles a la enfermedad. Sumado a los casos ratificados en
laboratorios –4.075–, los decesos causados por la pandemia en el país sudamericano
se elevan a 7.144, de acuerdo a los registros del Departamento de
Estadísticas e Información de Salud (DEIS) adelantados este
sábado en la rueda de prensa diaria de las autoridades sanitarias.
Incluir a los casos probables era una
petición antigua de los expertos, centros de estudios y sociedades científicas.
Jaime Mañalich, que fue ministro de Salud hasta hace una semana, a comienzos de
mes señaló que se comenzarían a informar los fallecimientos con PCR pendiente,
lo que no se concretó, sino hasta hoy. El ministerio indicó que Chile seguirá
informando diariamente de los casos confirmados, pero que una vez a la semana
se indicará el número de fallecimientos sospechosos de la covid-19. Según el
jefe de Epidemiología del ministerio de Salud, Rafael Araos, se dará a conocer
este número con el objetivo de “tener una visión completa del impacto que está
teniendo la tendencia en relación a los fallecidos”, pero que este tipo de
casos pueden ir variando luego de que se descarte o no el diagnóstico. De
acuerdo a Araos, los números que se usan para las estimaciones globales son los
de las muertes confirmadas.
Para el nuevo ministro de Salud,
Enrique Paris, que ha realizado diversos esfuerzos por la transparencia,
“cuesta a veces encontrar esos pacientes que han fallecido porque estaban sin
PCR positivo”. “No podemos aceptar esa crítica de estar ocultando información,
al contrario”, indicó Paris, que este sábado apareció acompañado por el rector
de la Universidad de Chile, la pública de mayor importancia en el país, el
médico Ennio Vivaldi. El ministro lo ha hecho desde que arribó a su cargo: en
un gesto de apertura –un déficit de su antecesor Jaime Mañalich, según los
críticos–, ha comparecido a diario junto a expertos de instituciones y grupos
transversales.
Paris tiene al frente un escenario
complejo: Chile ha confirmado este sábado 5.355 nuevos casos positivos, con los
que los contagiados confirmados a nivel nacional desde el 3 de marzo llegan a
los 236.748. De acuerdo a la universidad estadounidense Johns Hopkin, Chile es el
noveno país con mayor cantidad de casos de covid-19 confirmados, pero superado
por naciones que sobrepasan con creces su población de 18 millones de
habitantes. En Latinoamérica, solo lo superan Brasil y Perú en cantidad de
enfermos totales. Santiago, la capital, se encuentra en una situación crítica.
En cuarentena total desde el pasado 15 de mayo, que solo ha logrado reducir parcialmente
la actividad, tiene un 96% de las camas críticas ocupadas.
A nivel nacional son ochos millones y medio de personas las confinadas. Solo hay una región –Aysén, en el extremo sur– que no tiene muertos por el virus. Pero, aunque Chile lidera la realización de exámenes PCR a nivel regional -con 943.593 test totales a la fecha, la estrategia ha fallado en trazabilidad y aislamiento de los contagiados, sobre todo en los sectores vulnerables y hacinados de las grandes ciudades. Con altos niveles de trabajadores informales y por cuenta propia, el Gobierno ha implementado dos planes por unos 17.105 millones de dólares, equivalentes al 6,9% del PIB, para ayudar a que las familias se queden en sus casas. Hace una semana, además, el Ejecutivo y buena parte de la oposición acordaron un plan económico por hasta 12.000 millones de dólares de recursos frescos para la protección social y la reactivación. La fuerza de la pandemia, sin embargo, no ha logrado aquietar el polarizado ambiente político que tiene Chile, sobre todo luego de las revueltas sociales de octubre. El alcalde comunista por el municipio capitalino de Recoleta, Daniel Jadue, presentó ayer una querella criminal contra el exministro de Salud Jaime Mañalich y el presidente Sebastián Piñera, por su presunta responsabilidad en el fallecimiento de 62 pobladores de su comuna en el marco de la crisis sanitaria
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