En 2018, dos años antes de que la nueva pandemia de coronavirus se
extendiera por el mundo, los funcionarios de la embajada de EE UU en Pekín
enviaron dos advertencias oficiales a Washington sobre la falta de seguridad en
el laboratorio que realiza arriesgados estudios sobre los
coronavirus en murciélagos.
Así lo asegura el periodista
Josh Rogin en una columna publicada esta semana en “The Washington Post”, en
medio de las informaciones y rumores que dentro y fuera del seno del Gobierno
de EE UU se han abierto sobre si fue este laboratorio de Wuhan la fuente del
virus, a pesar de que aún no han aparecido pruebas concluyentes.
Según escribe Rogin, a partir de enero de 2018, la embajada estadounidense en Pekín dio el paso totalmente inusual de enviar a científicos de EE UU al Instituto de Virología de Wuhan (WIV), que en 2015 se convirtió en el primer laboratorio de China en lograr el más alto nivel de seguridad internacional en investigación biológica (conocido como BSL -4).
Según escribe Rogin, a partir de enero de 2018, la embajada estadounidense en Pekín dio el paso totalmente inusual de enviar a científicos de EE UU al Instituto de Virología de Wuhan (WIV), que en 2015 se convirtió en el primer laboratorio de China en lograr el más alto nivel de seguridad internacional en investigación biológica (conocido como BSL -4).
El WIV llegó a emitir un
comunicado de prensa en inglés sobre la última de estas visitas, que tuvo lugar
el 27 de marzo de 2018. La delegación de EE UU estaba dirigida por Jamison
Fouss, el cónsul general en Wuhan, y Rick Switzer, el consejero de medio
ambiente, ciencia y tecnología de la embajada. La semana pasada, el WIV borró
esa declaración de su sitio web, aunque sigue archivada en Internet, según
constató el autor del artículo.
Lo que vieron allí los funcionarios estadounidenses les preocupó tanto que enviaron dos cables diplomáticos clasificados como sensibles, pero sin clasificar a Washington. Los cables advirtieron sobre agujeros de seguridad y de gestión en el laboratorio de WIV y propusieron más atención y ayuda. El primer cable, segím Rogin, también advierte de que el trabajo del laboratorio sobre coronavirus de murciélago y su posible transmisión humana representaba un riesgo de una nueva pandemia similar al SARS.
Lo que vieron allí los funcionarios estadounidenses les preocupó tanto que enviaron dos cables diplomáticos clasificados como sensibles, pero sin clasificar a Washington. Los cables advirtieron sobre agujeros de seguridad y de gestión en el laboratorio de WIV y propusieron más atención y ayuda. El primer cable, segím Rogin, también advierte de que el trabajo del laboratorio sobre coronavirus de murciélago y su posible transmisión humana representaba un riesgo de una nueva pandemia similar al SARS.
“Durante las conversaciones con los científicos en el laboratorio de
WIV, notaron que el nuevo laboratorio tiene una grave escasez de los técnicos e
investigadores necesarios para llevar" un laboratorio de estas
características "de manera segura”, indica un cable del 19 de enero de
2018.
Asistencia de EE UU
Los correos diplomáticos estadounidenses insistieron sobre los problemas
de seguridad en el laboratorio de Wuhan. Sus investigadores ya habían recibido
asistencia del Laboratorio Nacional de Galveston de la Universidad de Texas y
otras organizaciones estadounidenses, pero solicitaron ayuda adicional. Los
cables incidían en que Estados Unidos debía brindar más apoyo al
laboratorio porque su investigación sobre coronavirus de murciélago era
importante pero también peligrosa.
Como señaló el cable, los
visitantes estadounidenses se reunieron con Shi Zhengli, el jefe del proyecto
de investigación, que había estado publicando estudios relacionados con los
coronavirus de murciélago durante años. En noviembre de 2017, el equipo de Shi
había publicado una investigación que mostraba que los murciélagos que habían recogido de una cueva en
la provincia de Yunnan eran muy probablemente de la misma población de
murciélagos que generó el coronavirus del SARS en 2003.
“Lo más importante”, destacaban los diplomáticos, es que "los investigadores también mostraron que varios coronavirus similares al SARS pueden interactuar con ACE2, el receptor humano identificado para el coronavirus del SARS. Este hallazgo sugiere que los coronavirus de los murciélagos similares al SARS pueden transmitirse a los humanos para causar enfermedades similares al SARS.
La investigación de Shi había sido diseñada para prevenir la próxima pandemia similar al SARS al anticipar cómo podría surgir, pero ya en 2015 varios científicos le cuestionaron por correr riesgos innecesarios, comenta Rogin
“Lo más importante”, destacaban los diplomáticos, es que "los investigadores también mostraron que varios coronavirus similares al SARS pueden interactuar con ACE2, el receptor humano identificado para el coronavirus del SARS. Este hallazgo sugiere que los coronavirus de los murciélagos similares al SARS pueden transmitirse a los humanos para causar enfermedades similares al SARS.
La investigación de Shi había sido diseñada para prevenir la próxima pandemia similar al SARS al anticipar cómo podría surgir, pero ya en 2015 varios científicos le cuestionaron por correr riesgos innecesarios, comenta Rogin
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