El precio futuro
del petróleo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) para entrega en mayo
sufrió este lunes una caída tan estrepitosa que pasó de cotizarse a US$18 por
barril al inicio del día a un precio negativo de US$ -35,22 al cierre de la
jornada.
Por primera vez en
la historia este crudo estadounidense de referencia para los mercados se cotizó
a un valor negativo, generando gran conmoción en el mercado energético.
El desplome refleja
las dificultades que ha estado experimentando el negocio petrolero mundial
debido al exceso de producción y al frenazo de la demanda como consecuencia de
la pandemia de coronavirus.
La sacudida en
Estados Unidos también afectó el precio del crudo Brent, de referencia en
Europa y en el resto del mundo, cuyo valor a futuro para entrega en junio
disminuyó este lunes un 8,90% hasta los US$25,58.
1. Backwardation
Uno de los
elementos que jugó un papel más destacado en lo ocurrido con el WTI este lunes
tiene que ver con que este martes culmina en Estados
Unidos el plazo para el cierre de los contratos de petróleo para entrega en
mayo. Eso quiere decir que, para entonces, quien tenga vigente un
contrato de este tipo tendrá que honrarlo y hacerse cargo del crudo que le
entregarán el próximo mes. Sin embargo, este
lunes los compradores parecían desesperados por deshacerse de esos contratos y
entregárselo a alguien que quisiera tomar posesión física de esos barriles.
"Ellos no tienen dónde vender ese petróleo y, ante la caída de los precios, el costo de almacenarlo terminaría siendo más alto que el propio precio del petróleo, por lo que están dispuestos a pagar para que no les entreguen ese crudo", señala el economista petrolero José Toro Hardy, quien fue miembro de la junta directiva de la estatal venezolana PDVSA.
"Ellos no tienen dónde vender ese petróleo y, ante la caída de los precios, el costo de almacenarlo terminaría siendo más alto que el propio precio del petróleo, por lo que están dispuestos a pagar para que no les entreguen ese crudo", señala el economista petrolero José Toro Hardy, quien fue miembro de la junta directiva de la estatal venezolana PDVSA.
El experto explica que en estos momentos los compradores creen que se vive una situación conocida como "Backwardation", lo que quiere decir que los precios en el futuro inmediato van a ser más bajos que los actuales lo que elimina todo incentivo para comprar ahora.
2. Los depósitos en Cushing
El segundo
elemento que incidió en el desplome del WTI tiene que ver con que la capacidad
física de almacenamiento de crudo en Estados Unidos está bastante reducida
debido a la acumulación de inventarios. Quienes negocian con petróleo en
Estados Unidos suelen guardar el crudo que adquieren en depósitos ubicados en
la localidad de Cushing (Oklahoma) para sacarlo luego a la venta cuando surgen
en los mercados a futuro precios más altos.
Sin embargo, la
capacidad de almacenamiento allí parece estar llegando a su tope a gran
velocidad. Citando un informe
de la consultora Genscape, analistas petroleros indicaron que los inventarios en Cushing crecieron 9% en la semana que culminó
el pasado 17 de abril.
"La capacidad
de almacenamiento está demasiado limitada como para que los especuladores
quieran comprar esos contratos y las refinerías están procesando poco porque en
la mayor parte de los estados (de Estados Unidos) se mantienen las órdenes de
confinamiento", señaló Phil Flynn, analista de Price Futures Group, a la
agencia Reuters. Así, mientras más llenos están los tanques y menos
perspectivas hay de un aumento de precios, conservar los contratos de futuro
para WTI significaba para muchos compradores sumar pérdidas y dolores de
cabeza.
3. Un mercado saturado y sin demanda
La acumulación de
inventarios y la caída de los precios del crudo son, a su vez, consecuencia de
la deriva que en los últimos meses ha tomado el mercado petrolero mundial
golpeado por el doble efecto de un exceso de producción y de un frenazo de la
demanda.
Desde inicios del
año, los precios del petróleo venían descendiendo como consecuencia de un
exceso de producción y de la caída de la demanda en China, que tuvo que
ralentizar su actividad económica para hacer frente a la crisis del
coronavirus.
Esta situación se
agravó en marzo, cuando Rusia se negó a acceder a una
propuesta de Arabia Saudita en el marco del grupo conocido como OPEP+ (conformado
por los países de la OPEP más otros productores no miembros) para reducir la
producción en 1,5 millones de barriles al día para intentar apuntalar los
precios.
Tras el fracaso de
esas negociaciones, Riad inició una guerra de precios contra Moscú y anunció un
aumento de su producción, iniciando una guerra de precios.
Luego de una
mediación del gobierno de Donald Trump, el 12
de abril los países de OPEP+ acordaron reducir en 10% la producción
mundial de crudo a partir del 1 de mayo. Este recorte enorme
-estimado en unos 9,6 millones de barriles diarios- corre el riesgo de llegar
tarde y de ser insuficiente para la situación actual del mercado, según muchos
analistas, pues es claramente menor que la caída de la demanda que se ha producido
en torno a 30%.
"En este
momento, prácticamente todo el planeta está en cuarentena. No hay consumo
de gasolina en los autos, en los aviones, en los buques. La caída de
la demanda ha sido tan brusca que se presentan distorsiones muy fuertes",
señala Toro Hardy, al apuntar que, tras los confinamientos en China, la
epidemia de coronavirus llevó también a la paralización de Europa y Estados
Unidos, grandes consumidores de petróleo. El experto considera que
progresivamente oferta y demanda de crudo se irán encontrando, pero advierte
que no se puede predecir cuándo ocurrirá dependerá de la evolución del
coronavirus. Destaca que, por lo
pronto, los precios de futuro del WTI -que sirve de referencia para todo el
crudo estadounidense- para junio se ubican en terreno positivo (este lunes
cerraron en torno a US$20,43), por la esperanza de los mercados en
que para entonces ya se haya iniciado la reactivación de la economía.
Toro Hardy advierte, sin embargo, que la situación actual golpeará muy duro a
los productores y sacará del mercado a aquellos que son más ineficientes o
cuyos costos de producción son muy elevados.
¿Cómo afectará a los países de América Latina?
La caída de los
precios del petróleo suele ser una noticia bien recibida en los países
consumidores y un motivo de preocupación para los productores.
En el caso de
América Latina, Toro Hardy señala que el país más golpeado será
Venezuela, aunque también impactará en Colombia, México y Brasil.
Destaca que
Venezuela se encuentra duramente afectada en los dos elementos que determinan
su ingreso petrolero. "Si la producción ha caído como lo ha hecho en los
últimos tiempos y el precio también, la situación se hace inmanejable",
apunta.
Guillermo Olmo, corresponsal de
BBC Mundo en Venezuela, subraya que a estos factores se suma el efecto de las
sanciones de Estados Unidos sobre la actividad petrolera venezolana.
"Para
convencer a potenciales compradores temerosos de ser sancionados, la petrolera estatal venezolana, PDVSA se está viendo obligada a
ofrecer enormes descuentos y fuentes del sector aseguran que su
barril de crudo pesado se vende ya a no más de US$6. Puede que ni siquiera esos
descuentos sean incentivo suficiente en el contexto actual, con un mercado
saturado de crudo barato", afirma.
En el caso de
México, el desplome del precio del crudo en Estados Unidos no solamente puede
significar algo más que una disminución de ingresos. "La noticia supone un
duro varapalo para el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dejó claro
desde el inicio de su mandato que rescatar la estatal Petróleos Mexicanos de su
peor crisis de producción en décadas era una de sus grandes prioridades",
señalan Marcos González Díaz y Alberto Nájar, desde la
corresponsalía de BBC Mundo en Ciudad de México.
Destacan que AMLO
fue duramente criticado por no haber accedido oportunamente a la primera
propuesta de recorte de producción en el marco del grupo OPEP+ y que incluso en
su plan de reactivación económica en el marco de la pandemia de covid-19, el mandatario volvió a dejar claro que uno de sus proyectos
estrella seguía adelante: la construcción de la refinería de Dos Bocas en
Tabasco, su estado natal. "A la espera
de conocer la reacción de AMLO a lo ocurrido este lunes, la caída en el precio
del crudo mexicano puede impactar no solo en las finanzas del país sino también
suponerle un costo político al presidente, quien ya vio notablemente reducido
su nivel de popularidad por su gestión ante el coronavirus", aseguran.
En cuanto a
Colombia, este país destinó grandes esfuerzos durante la última a aumentar su
producción petrolera hasta convertirse en un importante exportador en la
región. "Ahora esto le
empieza a pesar al país, porque la mitad de sus ingresos en
divisas provienen del petróleo. Durante el último mes el peso
colombiano ha perdido 15% de su valor, lo que se puede traducir en inflación,
déficit comercial y fiscal y, como ya anticiparon órganos especializados, una
recesión", afirma Daniel Pardo,
corresponsal de BBC Mundo en Bogotá.
Explica que históricamente
la economía colombiana ha sido una de las más estables de la región. Pero la
crisis del coronavirus puede acabar con esa tradición.
Indica que
inicialmente, los productores de petróleo colombianos habían reducido las
exportaciones y estaban acumulando inventario para cuando los precios aumentaran,
pero, al parecer, no hay suficiente espacio para almacenar el crudo por lo
que la producción tendrá que bajar aún más y pozos y campos petroleros
pueden cerrar.
"Para un país con un 25% de pobreza y un 50% del empleo informal, que además viene de recibir a 2 millones de migrantes venezolanos, esta caída del petróleo significa un duro golpe", apunta.
"Para un país con un 25% de pobreza y un 50% del empleo informal, que además viene de recibir a 2 millones de migrantes venezolanos, esta caída del petróleo significa un duro golpe", apunta.
Brasil, por su parte, que
justo en 2019 rompió su récord de producción al extraer más de 1.000 millones
de barriles durante ese lapso, ya había anunciado a inicios de abril un recorte
de producción de 200.000 barriles diarios para hacer frente a la caída de la
demanda.
Sin embargo, no
todo son malas noticias. Ecuador, otro de los productores de crudo de la
región, informó que valora la posibilidad de aprovechar
la caída de los precios para eliminar los subsidios al combustible que
le cuestan al gobierno mucho dinero cada año.
El gobierno del presidente Lenín Moreno intentó eliminar el año pasado estos subsidios, lo que desató una fuerte ola de protestas que le obligó a retroceder en su decisión.
El gobierno del presidente Lenín Moreno intentó eliminar el año pasado estos subsidios, lo que desató una fuerte ola de protestas que le obligó a retroceder en su decisión.
Sin embargo, este
lunes el ministro de Energía, René Ortiz, destacó que la caída de los precios
del crudo planteaba una buena oportunidad para abandonar esos subsidios
pues el precio de mercado del combustible es tan económico como el
precio subsidiado.
Indicó que, en el
caso de adoptar esa decisión, se tomaría la previsión de establecer un
mecanismo para compensar a los más pobres en la eventualidad de que el precio
internacional del combustible vuelva a subir.
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