El Gobierno se plantea establecer un sistema nacional de vigilancia de las aguas residuales para alertar de nuevos brotes de coronavirus. El primer proyecto piloto se va a realizar en la ciudad de Valencia, donde científicos y la empresa responsable de la gestión de las aguas fecales llevan ya tres años perfeccionando un método para detectar fragmentos genéticos de diferentes virus y estimar su concentración.
“Esta herramienta
permitirá detectar de forma temprana la presencia de coronavirus en las aguas
residuales”, ha explicado hoy Ximo Puig, presidente de la Generalitat
Valenciana. Se trata de un “proyecto estratégico” de cara a la nueva fase de
desescalada. En teoría, este sistema de vigilancia puede indicar dónde hay
presencia del virus a un nivel de detalle de barrios e incluso de bloques, lo
que permitiría vigilar hospitales, residencias y hoteles, por ejemplo.
El presidente
valenciano ha firmado esta mañana un convenio con el ministerio de Ciencia, del
que depende el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y la
empresa Global Omnium, para comenzar a monitorizar de forma “inmediata” las
aguas fecales de la ciudad de Valencia y, en unas semanas, también de toda la
Generalitat. Esto permitirá seguir la evolución “diaria” de la pandemia y será
un método de vigilancia epidemiológica complementario al resto de los ya
aprobados, como los tests y el seguimiento de todos los contactos de los
infectados.
“Esta herramienta permitirá detectar de forma
temprana la presencia de coronavirus en las aguas residuales”
En dos estudios en
Murcia y Valencia, este sistema demostró que el ARN del virus puede estar
presente en las aguas fecales hasta 16 días antes de que se identifique
el primer contagio, con lo que podría ser una buena manera de lanzar una
alerta temprana ante nuevos brotes. En Valencia la concentración de ARN del
SARS-CoV llegó a su punto máximo más de 15 días antes de que la ciudad
alcanzase su pico de contagios diarios.
“Este método tiene
el potencial de hacer más robusta la toma de decisiones durante la fase de
recuperación de la actividad”, ha explicado Pedro Duque, ministro de Ciencia,
durante la rueda de prensa virtual posterior a la firma del convenio. Si se
confirma que estos datos pueden ayudar a vigilar el estado de la epidemia y
detectar de forma prematura un nuevo brote se intentaría exportar este sistema
al resto del país creando una red nacional de vigilancia, según explican
fuentes del departamento de Duque.
En la presentación
de hoy se ha explicado cómo puede funcionar este sistema con un caso real. La
empresa Global Ominum lleva 10 días monitorizando en detalle la carga de virus
que tienen las aguas residuales de diferentes zonas de la ciudad. Algunas, ha
explicado a este diario Eugenio Calabuig, presidente de Global Omnium Medio
Ambiente, tienen una carga viral nula, mientras otras siguen mostrando valores
altos. La que más registra es la que recibe aguas fecales de uno de los
principales hospitales de la ciudad. Este sistema permitiría hacer un
seguimiento diario de en qué zonas de la urbe sigue habiendo personas
contagiadas o que se han recuperado, pero aún secretan ARN del virus y a su vez
asesorar a los políticos para ir levantando las medidas de control. “Podemos
analizar 20 puntos del alcantarillado cada dos días y nuestro objetivo ahora es
hacer unos 2.000 muestreos desde este momento hasta diciembre”, ha explicado a
este diario Calabuig. La empresa ha ofrecido estos servicios a la Generalitat
de forma gratuita, asegura Calabuig.
“El sistema está
puesto a punto para ponerlo en marcha ya y obtener más datos”, explica Gloria
Sánchez, viróloga del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos
(IATA-CSIC) y una de las responsables científicas del sistema de análisis. Su
equipo analiza la presencia de virus digestivos y de la hepatitis A en las
aguas fecales y también en las que salen de las centrales de tratamiento una
vez depuradas. Su trabajo científico ha demostrado que el proceso de depuración
elimina el ARN viral de las aguas.
Aún quedan muchas
preguntas científicas por responder sobre este sistema. No está claro desde qué
día los infectados comienzan a secretar virus, ni tampoco en qué volumen.
También es necesario analizar estadísticamente los datos, pues cada central
depuradora recibe los efluentes de grupos de población diferentes. El estudio
sobre Valencia se centró en de 22 localidades de la zona metropolitana de
Valencia que engloban a 1,2 millones de habitantes. Por ahora es imposible
saber cuánta gente hay infectada en función de la concentración de virus en las
aguas, pero sí detectar la circulación del virus en determinadas áreas. “Sí
sabemos es que antes de que haya contagios, y esto lo hemos demostrado nosotros
en España y también otros equipos de otros países”, explica Sánchez.
“Cuando analizas
las aguas fecales está testando a miles de personas al mismo tiempo, eso hace
que sea una técnica rentable y no invasiva”, explica Ana María Roda Husman,
jefa en el Centro de Control de Enfermedades de Holanda. En este país un
análisis similar pudo detectar ARN viral en una localidad de más de 300.000
habitantes —Amersfoort— días antes de que se confirmase el primer contagio.
Aunque el nivel de detalle al que llega esta técnica es limita por el momento,
esta investigadora ha publicado estudios con el virus de la polio que
demuestran que puede funcionar para alertar de forma temprana de que el
patógeno ha vuelto a circular entre la población.
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