sábado, 14 de noviembre de 2009

¿CONFLICTO VIOLENTO POR EL AGUA EN EL FUTURO?


Al entrar en el siglo XXI están emergiendo nuevos retos en estas áreas. Nos enfrentamos con amenazas antiguas y nuevas a la paz y la seguridad internacional; la pobreza ha sido reconocida como el más grande de todos los problemas con los que se enfrenta el mundo en el nuevo siglo; y valores fundamentales de libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, respeto por la naturaleza y responsabilidad compartida ahora forman valores comunes a través de los cuales es posible lograr éxitos en las primeras dos categorías. En cada una de estas áreas clave, el medio ambiente y los recursos juegan un papel central. Las amenazas a la seguridad común incluyen ahora las llamadas “amenazas blandas": degradación del medio ambiente, agotamiento de los recursos, enfermedades contagiosas y corrupción, para nombrar sólo unas pocas.

Históricamente, hay pocas pruebas de que la escasez de agua haya causado conflictos violentos, aunque es cierto que, en muchos casos, el agua se ha usado como un objetivo o una meta estratégica, como parte de actividades militares. Sin embargo, ya hubo muchas disputas sobre el agua dentro de naciones: es posible que la probabilidad de conflicto violento por el agua varíe inversamente al tamaño (y tipo) de los órganos políticos involucrados.

Pero la seguridad de agua figurará en un lugar prominente en la agenda internacional durante décadas por venir. En algunos casos, el agua hasta podría ser un factor contribuyente en un conflicto internacional. El Profesor de Hidrología Uri Shamir, uno de los miembros del equipo de negociación israelí del Proceso para la Paz en Medio Oriente, observó cierta vez: “Si existe voluntad para la paz, el agua no será un impedimento. Si se desean razones para luchar, el agua ofrecerá amplias oportunidades”

La escasez de agua es una función de suministro y demanda. La demanda está aumentando a un ritmo alarmante en algunas regiones, debido al crecimiento de la población y al creciente uso per capita. En muchos países en que el agua es escasa, como Jordania e Israel, no existe manera obvia y económica de aumentar el suministro de agua y por ende es probable que resulten tensiones entre diferentes usuarios de agua. En otros países, como Egipto, las mejoras en el uso eficiente del agua, el evitar cultivos de alto consumo de agua, o la importación de agua de países cercanos podrían ofrecer soluciones razonables.

El deterioro de la calidad del agua. La agricultura es el contaminador más grande: el mayor uso de fertilizantes y pesticidas ha contaminado el agua subterránea así como el suministro de agua de superficie. La contaminación doméstica e industrial también está aumentando, y el problema afecta tanto a países desarrollados como en desarrollo.

Por último, el uso de agua tiene una dimensión geopolítica. El agua corre de los usuarios de corriente arriba a los usuarios corrientes abajo, y su retirada y su tipo de uso en una parte pueden afectar la cantidad o la calidad de los suministros corriente abajo. Por otra parte, también hay aspectos históricos, culturales, económicos y sociales en el uso del agua. Para algunos, el agua es un regalo de Dios, al cual no debe ponerse precio, mientras que otros, tales como el Banco Mundial, han ejercido presión para poner un precio total al costo marginal sobre el agua.

Los problemas de escasez de agua y contaminación del agua afectan a la salud humana así como a la del ecosistema, y obstaculizan el desarrollo económico y agrícola. Los problemas locales y regionales, a su vez, pueden afectar al resto del mundo al amenazar los suministros de alimentos y el desarrollo económico mundial. La Comisión de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible concluye que estos problemas podrían resultar en una serie de crisis de agua locales y regionales, con serias implicaciones mundiales.

¿Acaso es probable que se produzca un conflicto violento por el agua en el futuro? La experiencia del pasado sugiere que esto es poco probable. No obstante, muchos aseguran que la probabilidad de conflicto está aumentando. La base para la mayoría de las proyecciones para futuros conflictos es que, con el aumento de la demanda, la disminución de la disponibilidad de agua dulce (por minería y contaminación de agua subterránea), y los efectos adversos sobre la salud, debidos al agua de mala calidad, la escasez resultará en violencia y guerras por el agua. Sin embargo, luchar por el agua tiene poco sentido económica y políticamente.
Hay poca duda de que la escasez de agua constituirá un problema en algunas regiones en el futuro. Es probable que el calentamiento de la Tierra altere las pautas de las precipitaciones y los regímenes de evapo-transpiración en muchas regiones y el planeamiento a largo plazo para el suministro de agua debe tener esto en cuenta. Tampoco se duda que haya la posibilidad de que el agua encarezca a medida que se vaya haciendo más escasa. Esto requerirá que se introduzcan mejoras en la eficiencia del uso del agua -- y posiblemente la reestructuración de economías lejos de los sectores de alto consumo de agua.

“Si existe voluntad para la paz, el agua no será un impedimento. Si se desean razones para luchar, el agua ofrecerá amplias oportunidades”

ACTITUD HOSTIL CHILENA CONTRA EL PERÚ


Fuentes periodísticas han informado que el suboficial FAP Víctor Ariza Mendoza, quien en el 2002 trabajó en la agregaduría militar en la Embajada del Perú en Santiago de Chile —cuando probablemente fue captado por los servicios de inteligencia del vecino país—, ha venido espiando para ellos, recibiendo por su condenable traición a la patria sumas que al parecer oscilaban entre los cinco mil y ocho mil dólares mensuales.

Descubierto por la contrainteligencia FAP, fue detenido y Seguridad del Estado debe ponerlo a disposición del Ministerio Público para denunciarlo ante el Poder Judicial por su gravísimo delito. Este episodio crispa las ya difíciles relaciones con Chile.

Hasta ahora nuestra cancillería había procurado llevar por cuerda separada dos asuntos bilaterales: uno, el relacionado con el contencioso que se ventila en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, por la delimitación marítima; el otro, todo aquello que se enmarca en el ámbito de las relaciones empresariales de diversa índole, con importantes inversiones de Chile en el Perú.

Además, no se puede dejar de tomar en consideración la numerosa presencia de nuestros connacionales afincados en el país del sur. Precisamente estaba previsto que en los próximos días el presidente Alan García se entrevistara con su homóloga Michelle Bachelet, pues ambos asisten a la reunión del APEC, en Singapur. También la ministra Mercedes Aráoz debía viajar a Santiago llevando el mensaje del jefe del Estado que busca poner límite al gasto militar en la región. Obviamente, estas entrevistas han sido canceladas o están en suspenso.

Paradójicamente Chile, el país que más ha gastado en armas de última generación en América del Sur, ha anunciado que dispone de 665 millones de dólares para adquirir lanzadores Avenger, misiles Stinger y misiles aire-aire AIM. Todo esto puede interpretarse como una suerte de sarcasmo a la propuesta peruana bien recibida en otros países de la parte sur del continente que comparten la idea del presidente García que podría resumirse en la frase “menos armas dan como resultado menos pobreza”. Chile, está visto, no comparte este propósito.

¿Para qué se espía? La respuesta es obvia, porque se tiene el deseo de penetrar en los sistemas defensivos de un país, para anularlos, y eso es lo que ha venido haciendo Chile con el Perú, pese a que su poder bélico es inmensamente superior al nuestro. Todavía no sabemos los verdaderos alcances de esta operación de espionaje, pero se trataría de un hecho aislado que, aunque vincula a otros elementos militares en una red, no debe manchar el uniforme. Recordamos cómo en 1978 un suboficial FAP, Julio Vargas Garayar, fue descubierto espiando, también para Chile, y pagó su delito ante un pelotón de fusilamiento. Luego dos oficiales navales chilenos fueron sorprendidos tratando de fotografiar instalaciones de la FAP en Talara y se les expulsó del país, todo lo cual llevó a que el embajador de Chile en Lima, Francisco Bulnes Sanfuentes, fuera declarado persona no grata y tuviera que marcharse determinando la suspensión de las relaciones.

Ahora, esta nueva actitud de Chile, tipificada en el derecho internacional como hostil, debe tomarse con la ponderación y la importancia que amerita. Es posible que el embajador sureño sea convocado por nuestra cancillería para que brinde las explicaciones pertinentes, si las tiene. Paralelamente debería llamarse en consulta a nuestro embajador en Santiago y, si el ministerio de Relaciones Exteriores lo juzga conveniente, reducir el nivel de nuestra representación diplomática cerca de La Moneda.

Por otra parte, la investigación a Ariza Mendoza y a la red que operaba con él debe ser lo más exhaustiva posible, para que la Justicia Militar —la competente para estos casos— les aplique la máxima sanción de ley. En tanto, no debemos olvidar que esta historia es recurrente y se podría graficar como el peruano confiado que le extiende la mano al campesino sureño, aparentemente amistoso, pero que lleva siempre el corvo debajo del poncho.

En esta hora de afrontar con energía la traición de un subalterno, el Gobierno está, sin embargo, obligado a mantener la máxima serenidad ante las ya innegables provocaciones que viene haciendo Chile en el interés de que se produzca un incidente que detone un eventual conflicto bélico entre los dos países.

martes, 10 de noviembre de 2009

EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LAS GUERRAS DEL FUTURO


El cambio climático será el riesgo número uno de seguridad en el siglo XXI. Políticos alemanes hacen hincapié en la necesidad de nuevos esfuerzos de distensión en el uso de recursos para evitar futuros conflictos.

Sobran los estudios e informes que advierten sobre las catástrofes que desencadenará el cambio climático en un futuro no muy lejano. Desertificación, sequía, inundaciones, pérdida de cosechas: realidades que redundarán en el desplazamiento de millones de personas en busca de su sobrevivencia, y pronóstico seguro de más tensiones políticas y sociales.

El cambio climático será "el riesgo de seguridad del siglo XXI". Las consecuencias del cambio climático afectarán principalmente a las regiones más pobres e inestables de África, Asia y América Latina donde se padecerá la falta de agua potable y la pérdida de miles de hectáreas de tierras fértiles.

Fronteras de papel


Enfocar el tema de la ecología como un factor de seguridad requiere incrementar los horizontes de análisis, pues los grandes cambios comenzarán a registrarse hacia mediados de este siglo.

Se prevé que en el año 2020, cerca de 250 millones de africanos sufrirán la falta de agua potable. Los especialistas pronostican que la temperatura global ascenderá hasta el 2100 entre 1,4 y 5,8 grados celsius frente a los niveles medidos en 1990, si no se toman las medidas pertinentes para reducir las emisiones de gases contaminantes. Un calentamiento global de 4 grados podría acabar con el 35 por ciento de las áreas agrícolas del continente negro y podría provocar el incremento del nivel del mar que cubriría los hogares de 35 millones de personas tan sólo en Bangladesh.

Era un hermoso planeta azul...

No hay capacidad de adaptación ante consecuencias de esta magnitud. La desestabilización y violencia que estallaría en las regiones afectadas haría peligrar la seguridad nacional e internacional. En el campo de la política internacional se registrarían divisiones en la lucha por agua, tierra, y por la reubicación de los millones de refugiados.

Seguridad preventiva

En el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, advirtió que la protección ecológica es una cuestión de seguridad nacional e internacional.

La creación y refuerzo de fronteras difícilmente podría resolver el problema. La huida de millones conllevaría a una desestabilización de la economía mundial y los riesgos para la seguridad internacional no podrían ser confrontados de forma militar, pues en este caso no existe el "enemigo" en el sentido clásico.

El ministro Steinmeier volvió a recordar, esta vez en Berlín, que se requiere una nueva forma de política de distensión para el uso común de los recursos, con el fin de evitar conflictos y un esfuerzo conjunto por concretar la reducción de gases contaminantes hasta el 2050, tal cual fue pactado durante la cumbre del G-8 en Berlín.

El tiempo apremia indicó Steinmeier sin perder el ánimo: "Podemos lograrlo conjuntamente si todos los países participan".

domingo, 18 de octubre de 2009

LUCHA CONTRA LA TALA ILEGAL


Colocan chips a madera de exportación en Ucayali

Actualmente los mercados internacionales están exigiendo pruebas fehacientes de que la madera que adquieren tiene un origen legal y proviene de bosques manejados con altos estándares ambientales y sociales.

Es por ello que empresas nacionales y extranjeras, ligadas a la cadena productiva y exportadora de maderas peruanas, vienen probando tecnología de trazabilidad forestal electrónica combinada con procesos de certificación del mismo tipo. Ellas cuentan con el apoyo del Ministerio de Agricultura y de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales, con sede en Japón.

La madera seleccionada para esta experiencia fue talada en los territorios de la etnia Yaminahua, que habita la zona de El Dorado, en la región Ucayali, cerca de la frontera con Brasil. Este procedimiento cumplió con los requisitos y trámites establecidos por la autoridad forestal.

Los nativos yaminahuas cumplen desde el año 2007 con un programa de desarrollo comunal en alianza con la empresa privada Forestal Venao, lo que les permitirá en un futuro cercano obtener certificación forestal internacional del FSC que reconozca y acredite los altos estándares alcanzados en el manejo y aprovechamiento de sus extensos bosques. Con ello podrán obtener mejores precios por su producto.

DETALLES DEL PROCESO

Antes de talar los diez árboles seleccionados para esta experiencia se realizó un censo forestal electrónico y de ubicación usando un satélite. Luego de la tala se instalaron chips de radio frecuencia en la base del árbol cortado para marcar el origen e inicio de la cadena productiva.

Durante 15 días la madera viajó por río y camión desde el bosque hasta llegar al puerto fluvial de Pucallpa. En esa ciudad, los troncos fueron procesados, de acuerdo a los requerimientos del comprador de EE.UU., en el aserradero de la empresa Forestal Venao. Esta operación fue supervisada por autoridades y representantes de las empresas participantes.

De inmediato, la madera fue empaquetada, etiquetada y cargada en un camión que pasó once puestos de control forestal en su viaje de tres días hacia Lima. Luego de pasar el control y peaje de Corcona, la madera fue trasladada hasta la empresa almacenera en donde se preparará el container que en veinte días partirá hacia Estados Unidos.
La madera cuenta con numeración única otorgada por una empresa internacional participante en el proyecto, que se graba en todos los soportes, como los chips y las etiquetas de código de barras, que protege la madera.

lunes, 5 de octubre de 2009

¿ES POSIBLE QUE LA TEMPERATURA INCREMENTE EN 4ºC?




<strong>Para mediados de la década del '50 el calentamiento global puede alcanzar los 4ºC, dice un nuevo estudio.

La temperatura global podría subir 4ºC para mediados de la década del 2050 si no se frena el crecimiento de las emisiones de gases con efecto invernadero.


Ésta es la conclusión de un estudio llevado a cabo por el Centro Hadley, uno de los institutos más prestigioso del Reino Unido que evalúa el progreso del cambio climático.

El informe, basado en información generada por computadoras capaces de producir algunos de los escenarios más creíbles por causa del calentamiento global, indica que estos devastadores cambios pueden ocurrir mucho antes de lo pensado.

De este modo, cuestiona la idea de que el aumento marcado de la temperatura es un problema que sólo deberán enfrentar las futuras generaciones.

Un incremento de 4ºC para mediados de los '50 generará aumentos de 10ºC o más en algunas regiones del mundo como el Ártico o África.

Asimismo, puede significar una severa disminución de las lluvias en algunas áreas, inundaciones en otras y la desaparición de más de la mitad de las especies de plantas y animales.

Escenario evitable
Una de las razones de esta aceleración del calentamiento global es la nueva evidencia hallada por los científicos sobre el impacto de los ciclos de carbono.

Por ejemplo, si ciertas zonas de la selva amazónica desaparecen como consecuencia de una sequía, quedarán al descubierto mayores extensiones de suelo, que liberarían carbono de la materia orgánica previamente cubierta.

Así, se amplifica la cantidad de dióxido de carbono que va a parar a la atmósfera y por lo tanto aumenta el calentamiento global.

Sin embargo, los expertos que elaboraron el estudio enfatizaron que este escenario catastrófico puede evitarse si se recortan rápidamente las emisiones de gases con efecto invernadero


¿QUÉ PASA SI LA TEMPERATURA SUBE 4 ºC MÁS?

Científicos analizan un escenario que parece plausible si no se recortan las emisiones. ¿Qué le depara a América Latina?

Dramáticas proyecciones sobre el calentamiento global presentadas por un panel de científicos durante una conferencia en la Universidad de Oxford, Inglaterra, despiertan temores por las severas consecuencias que esto podría tener para América Latina y en particular para el Amazonas.

Los resultados obtenidos por la Oficina Meteorológica Británica gracias a nuevos modelos para generar predicciones parecen apuntar a un devastadora elevación de 4ºC en las temperaturas globales, que tendría lugar mucho antes de lo esperado. Tanto antes, que incluso muchas personas serían testigos de esos cambios a lo largo de su vida.

El Doctor Richar Betts, del Centro Hadley, manifiesta que la evidencia muestra que en un escenario con emisiones de carbono altas "la temperatura aumentará probablemente 4ºC para mediados de 2070. Pero un posible y más grave escenario es que este incremento tenga lugar en 2060".

Desde finales de la década de los '90, las emisiones de gases con efecto invernadero han crecido de forma muy similar a los escenarios más extremos proyectados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático.

El modelo del Centro Hadley es el primero que combina un escenario de emisiones altas con lo que se conoce como el ciclo del carbono, que es la forma en que el dióxido de carbono es absorbido o no por los bosques y los océanos.

Según Betts, el modelo del Centro Hadley muestra grandes variaciones en el aumento de la temperatura y en el patrón de precipitaciones en algunas partes del mundo. Un aumento global de 4ºC podría significar temperaturas más altas en algunas zonas en tierra, ya que los suelos se calientan más rápido que los océanos.

La más caliente, la Amazonia

El modelo indica que la Amazonia será la región que más se calentará en América Latina. Es posible que allí la temperatura suba entre 8ºC y 10ºC, lo cual daría como resultado la destrucción de la selva tropical.

Otros científicos en la conferencia de Oxford creen que un aumento global de la temperatura no se traduciría en temperaturas tan altas en el Amazonas, pero de todos modos significaría un incremento de al menos 5ºC.

El Doctor José Marengo, un científico peruano que trabaja en el Instituto Nacional de Investigación Espacial en Brasil, comento "que esta clase de aumento es aún peor de que cualquiera de los escenarios extremos del IPCC".

En su informe de 2007, el IPCC dijo que el rango más alto sería de 4ºC para fines de siglo si los gases con efecto invernadero continúan aumentando, aunque no descartó incrementos más marcados.

El IPCC recomienda que el aumento de las temperaturas no debe superar los 2ºC si se quiere evitar un cambio climático potencialmente catastrófico.
De acuerdo a una proyección del Centro Hadley utilizada por Marengo, si las emisiones siguen siendo altas, el noreste de Brasil sufriría un aumento de 3,3ºC. El experto señala que un aumento de 4ºC sería aún más grave para "la región más vulnerable al cambio climático en Brasil, y una de las más vulnerables en América del Sur".

De presentarse un escenario con 3,3ºC más:
Para 2100 las precipitaciones se reducirían en un 40-60% La duración de las períodos secos aumentaría de 12 a 30 días, aumentando el riesgo de sequías en el futuro. Las zonas de tierra no aptas para la producción de alimentos básicos como el arroz, el maíz y las cosechas de agroindustriales como la soja aumentarían considerablemente Una de las principales preocupaciones de Marengo es la amenaza que representa para el suministro energético en un país en el que la mayor parte de la energía es hidroeléctrica. Esta caída tendrá un impacto serio en la generación de energía hidroeléctrica en la región.

Marengo dice además que la densidad de población es mucho más alta en el noreste de Brasil que en el resto del Amazonas, por eso miles de pequeños agricultores que dependen de sus cosechas para vivir se verán forzados a emigrar en busca de trabajo.

"Se puede evitar"

Algunos científicos cuestionan cuán confiables son las proyecciones del modelo del Centro Hadley que indican una severa reducción en las precipitaciones en el Amazonas. Sin embargo, Marengo dice que con otros modelos, "hay un 50% más de chance de que se produzca un aumento global de 3,3ºC en la temperatura si para 2100 las emisiones se mantienen altas".

En cuanto a lo que le espera a América Central parece haber más conciso. "Habrá una caída de al menos un 20% en las precipitaciones si la temperatura sube 4ºC", dice Betts. Dice además que algunas partes de América del Sur, como por ejemplo Argentina, pueden ver un incremento de las lluvias.

Los científicos en la conferencia de Oxford también mostraron proyecciones sobre el aumento del nivel de los mares con un incremento de 4ºC, que tendría consecuencias muy serias para las zonas bajas de América Latina y el Caribe.

El profesor Stean Rahmstorf, del Instituto Potsdam, en Alemania, dice que un calentamiento de esta magnitud podría elevar el nivel del mar entre 1 metro y 1,3 metros para 2100, comparado con los niveles de 1990.

Los lugares que corren más riego son las Guyanas, Belice, Jamaica y Guayaquil. La península de Yucatán en México también es vulnerable. E incluso, si se toman en cuenta las proyecciones del IPCC, que son mucho más conservadoras, estos lugares también se muestran vulnerables.

Los científicos dicen que es posible prepararse para el aumento del nivel mar ya que se producirá lentamente. Pero es la combinación de las marejadas, el aumento de la intensidad de los huracanes debido al incremento en la temperatura de los océanos y el aumento del nivel del mar lo que puede traer problemas más inmediatos.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

MUCHO BLA, BLA, BLA ECOLÓGICO


La Asamblea General de las Naciones Unidas del año 2009 tiene como tema central el “calentamiento global”. Los representantes de los 192 países que la conforman, expondrán, entre otros temas, sus opiniones sobre los problemas del desequilibrio de los sistemas naturales en todo el mundo, los cuales en los últimos 50 años han recibido un impacto degradable como en ningún otro momento de la historia. Frente a tan angustiante problema, surge la propuesta, “Sólo en el socialismo está la salvación del planeta.” ¿Hasta dónde este discurso es la solución? ¿Hasta dónde este discurso no es una mentira piadosa?

En uno u otro sistema económico (socialismo, capitalismo), la presión sobre los Recursos Naturales Difícilmente Renovables es idéntica. En el capitalismo, para satisfacer la avaricia y la opulencia de una minoría ahíta. En el socialismo, para satisfacer las necesidades elementales de las mayorías nacionales. Sea cual fuere el propósito: acumulación de riqueza, por parte del capitalista o satisfacción de las necesidades de las mayorías nacionales, la presión sobre los Recursos Naturales Difícilmente Renovables es igual. El propósito no desvirtúa el daño, no amortigua la degradación del equilibrio natural, no impide el agotamiento de los Recursos por la permanente actividad extractiva.

Decir que el capitalismo en su desaforado afán de enriquecimiento individualista, ha introducido prácticas productivas, patrones de vida y de consumo, que han colocado en riesgo al planeta y por tanto produce un desarrollo insostenible para la vida misma, es un discurso cierto, no hay la menor duda, pero carece de sentido, cuando a dicho discurso se contrapone el socialismo como solución, por cuanto en los intentos socialistas habidos en el siglo XX, el deterioro ambiental ha sido exactamente igual: crecimiento demográfico y mayor presión sobre los recursos naturales. Carlos Marx decía, “el socialismo no es la antítesis del egoísmo”


La realidad del daño ecológico quedó a la vista en la Unión Soviética (lago Aral, Chernobil, etc.) y continúa mostrándose en China, donde el desarrollo industrial, minero, agropecuario, urbanístico, comete los mismos crímenes contra la naturaleza. El grado de contaminación atmosférica quedó en evidencia en las recientes olimpíadas de Pekín. ¿Y qué decir de la Revolución Bolivariana que en los últimos diez años saltó la talanquera de las barreras ecológicas? En Venezuela los daños causados en regiones protectoras de suelos y aguas, en los últimos diez años, son gravísimos.

El desarrollo en Rusia y China tanto en el capitalismo, como, en los intentos de socialismo habidos, es exactamente igual en cuanto al problema ecológico se refiere. En el caso de Venezuela y su incipiente socialismo, basta ver los planes desarrollistas de la Revolución Bolivariana: crecimiento demográfico, industrialización, explotación y extenuación de los recursos naturales, contaminación ¿Cómo hablar de ecología en un país de grandes reservas de petróleo, si los hidrocarburos son uno de los factores de mayor incidencia en el calentamiento global? ¡Paradójico! “Habría que empezar por ahí”, decía el doctor Pérez Alfonso que, renunció a ser petrolero y pasó a ser conservacionista.

La solución al calentamiento global está en aplicarle “límites del crecimiento”, tesis planteada hace 50 años por el Club de Roma en atención a estudios científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), al cual pertenece Noam Chomsky. Si hace 50 años no se hubiera impuesto la soberbia tanto del capitalismo como del socialismo, hoy no tendríamos las amenazas nefastas e irreversibles del “calentamiento global”. Si el socialismo adopta “los límites del crecimiento” como proyecto de desarrollo, sin duda, tendría mayores posibilidades de coadyuvar a la salvación del planeta. Para comenzar: control de la natalidad y reducir el consumismo. Hay que sincerar el bla, bla, bla ecológico

jueves, 24 de septiembre de 2009

LA PALMA ACEITERA UN GRAN NEGOCIO?


Perú y Brasil desde hace ya varios años se han lanzado a la conquista, para el capital transnacional, de las tierras de las comunidades campesinas y nativas, de la Amazonía.

Nuestro patrimonio cultural e histórico se convierte en instrumento al servicio de la acumulación de ganancias de capital a las transnacionales.


La deforestación de la Amazonía ya se extiende a 28 millones de hectáreas, ha desaparecido el 26% de la totalidad de la selva Amazónica y cada día se pierden otras 7.000 hectáreas de bosque una superficie de 10 por 7 kilómetros.


Entre los cultivos de más rápida expansión figura la palma aceitera y la soja, plantados principalmente como monocultivos en gran escala destinados a la exportación. A nivel mundial, el área de palma aceitera aumentó en un 43% (10,7 millones de hectáreas) y el área de soja en un 26% (77,1 millones de hectáreas) durante el período 2005-2007. Las políticas gubernamentales están facilitado esta expansión que ha ocurrido principalmente en Ecuador (150.000 hás), Colombia (130.000 hás) Honduras (50.000 hás), Argentina (40.000 hás), Brasil (39.000), Perú (33.000), Venezuela (30.000), Costa Rica (30.000), Uruguay (20.000 hás) Guatemala (15.000), República Dominicana (9.000), Nicaragua (4.000), México (4.000), así como Panamá, Surinam, Guyana y Bolivia. Es que, al igual que en el caso de los monocultivos forestales de pinos y eucaliptos, el problema no es el árbol, sino el modelo en el que se lo implanta.

El impacto más directo de este proceso ha sido la deforestación de millones de hectáreas de bosque tropical y la pérdida de vastas áreas de bosques para dar lugar a las plantaciones de palma aceitera y soja. Los plaguicidas y herbicidas inherentes a estos monocultivos terminan de exterminar los últimos vestigios de biodiversidad capaz de coexistir con las plantaciones y disminuyen significativamente la posibilidad de restauración del hábitat. Las compañías de palma aceitera y soja han estado relacionadas con incendios devastadores en los bosques, que han destruido millones de hectáreas de bosque y otros tipos de vegetación.


La palma aceitera es originaria de África Central, donde su cultivo como producto básico es central para el sustento de millones de pequeños agricultores. Pero en cualquier otra parte del mundo se ha transformado en un gran negocio, y es cultivada principalmente en plantaciones de gran escala. El aceite de palma es un aceite vegetal derivado de la palma aceitera. Su consumo a nivel mundial es segundo entre los aceites comestibles (detrás del de soja), y tiene una gran variedad de usos desde champú a papas fritas, pasando por comidas congeladas y cosméticos.


Durante las últimas décadas, el cultivo de la palma aceitera se ha venido expandiendo en forma acelerada en un número creciente de países de Latinoamérica. Este cultivo genera enormes ganancias para algunas grandes empresas transnacionales, pero estas plantaciones provocan grandes impactos ambientales y sociales negativos: disminución del rendimiento hídrico, modificación de la estructura y la composición de los suelos, alteración de la abundancia y riqueza de la flora y la fauna, usurpación de los bosques ocupados por pueblos indígenas, expulsión de campesinos e indígenas de sus tierras y pérdida de sus medios de vida. A pesar de ello, un número de actores nacionales e internacionales continúan promoviendo activamente este cultivo, bajo un trasfondo de creciente oposición a nivel local.

Es de destacar que en casi todos los casos los monocultivos industriales de palma aceitera se instalan en áreas boscosas. Detrás de los gigantescos incendios que para las empresas plantadoras de palma, es más barato "limpiar" el área a ser plantada mediante el uso del fuego. Pero detrás de toda plantación industrial de palma aceitera hay un proceso de gran deforestación.

Esos bosques tropicales eliminados por este cultivo son a su vez el hábitat de una enorme biodiversidad. Estudios han demostrado que el 80-100% de las especies de la fauna que habitan en la amazonia y en los bosques tropicales no pueden sobrevivir en monocultivos de palma.


El principal "beneficio" sobre el que insisten los defensores del cultivo de la palma aceitera es la generación de empleos en el sector (plantación, mantenimiento y cosecha), pese a que en la mayor parte de los casos sólo se trata de empleos temporales. Los trabajadores de las plantaciones industriales sufren los mismos problemas que los demás trabajadores agrícolas, salarios extremadamente bajos y malas condiciones de trabajo.


Gran parte de esas plantaciones se están instalando en territorios tradicionales indígenas, privando a las poblaciones locales de sus medios de vida y de sus recursos vitales. Se le otorga permisos a empresas plantadoras de palma aceitera en tierras que las poblaciones locales utilizan para sus cultivos, tales como arroz, árboles frutales, hortalizas, pimienta, etc., que constituyen la base de su alimentación. A ello se suma el hecho de que la destrucción de la selva implica la desaparición de una amplia gama de productos utilizados tradicionalmente por la población local. Privados de sus recursos, los pobladores locales son paulatinamente forzados a ceder todos sus derechos sobre las tierras y a convertirse en asalariados de las empresas, ocupando puestos de trabajo zafrales, con bajos salarios y con malas condiciones laborales.

Pese a todos los impactos constatados, el cultivo de palma aceitera continúa expandiéndose en más y más países. La razón que explica esta aparente sin razón, es que, en primer lugar, constituye una inversión muy rentable para el sector empresarial nacional e internacional. La rentabilidad surge de la combinación de mano de obra barata, tierra a bajo precio, inexistencia de controles laborales y ambientales efectivos, disponibilidad de financiamiento y apoyos, el corto período que media entre la plantación y el inicio de la cosecha y un mercado en expansión, en particular en los países del Norte. En este último, cabe señalar que el aceite de palma es el aceite vegetal más comercializado del mundo, ocupando un 56% del comercio global de todos los oleaginosos. A ello se suma el hecho de que se trata de un cultivo orientado a la exportación.