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domingo, 19 de julio de 2020
Situación del COVID - 19 en el Perú al día 19 de Julio
sábado, 18 de julio de 2020
Más de la mitad de los españoles ingresados por coronavirus han desarrollado problemas neurológicos
Varios estudios con 3.500 pacientes muestran que el virus está provocando un amplio espectro de anomalías en el sistema nervioso
El coronavirus ataca al sistema
respiratorio sí, pero cada vez hay más pruebas de que, en paralelo, está
afectando al sistema nervioso. Una serie de estudios con varios miles de
pacientes españoles muestra que la mayoría ha desarrollado al menos un síntoma
neurológico. El abanico de manifestaciones es tan amplio que va desde cefaleas
hasta estados de coma. Incluso, las afecciones neurológicas fueron la causa
principal de la muerte en un porcentaje de casos. Aunque se ha señalado a la
respuesta inmunitaria excesiva como causa de estos síntomas, algunos datos
apuntan a que el virus estaría atacando directamente al cerebro.
La Sociedad Española de
Neurología (SEN) ha recopilado los estudios más recientes realizados en
España sobre la conexión entre el coronavirus y el cerebro y todo el sistema
nervioso. La muestra es variada, desde investigaciones centradas en la
alteración de los sentidos del olfato y el gusto hasta un trabajo sobre las
cefaleas sufridas por sanitarios infectados, pasando por el seguimiento a más
de 1.600 infectados buscando accidentes cerebrovasculares.
Pero el trabajo de mayor impacto es
el llamado registro Albacovid. Se trata del estudio de las manifestaciones
neurológicas observadas en una muestra de 841 pacientes ingresados en dos
hospitales de Albacete (el universitario de la capital y el de Almansa) en lo
peor de la pandemia durante todo el mes de marzo. Sus resultados, publicados en
la revista especializada Neurology hace unas semanas, muestran que el
57,4% desarrollaron alguno o varios síntomas neurológicos.
“El espectro neurológico es
amplísimo”, dice el jefe del servicio de neurología del Hospital Universitario
de Albacete y coautor del estudio Tomás Segura. Entre los síntomas más comunes
están la mialgia (dolores musculares de origen nervioso), dolor de cabeza y mareas.
Destaca también que casi el 20% de los infectados estudiados presentaron algún
trastorno de la conciencia, aunque este síntoma se concentró en pacientes de
edad avanzada. Otro 20% de los pacientes (no son grupos excluyentes) desarrolló
problemas neuropsiquiátricos, como insomnio, ansiedad o psicosis. “Algunos
síntomas, como las mialgias, el insomnio o las cefaleas, no habían sido
observados en estudios anteriores”, añade Segura, también profesor de la
Universidad de Castilla-La Mancha.
El 20% de los infectados estudiados presentaron algún trastorno de la
conciencia
El abanico no se detiene aquí. En
porcentajes menores, pero aún significativos (de entre el 1% y el 5% de los
casos) los neurólogos han detectado miopatías (enfermedad neuromuscular), disautonomía
(una alteración del sistema nervioso autónomo) y enfermedades cerebrovasculares
como el ictus. Y ya por debajo del 1% vieron casos de convulsiones, trastornos
del movimiento o encefalitis. En una decena de casos, los pacientes entraron en
coma. Además, las complicaciones neurológicas supusieron la causa principal de
la muerte en el 4% de los fallecidos por coronavirus.
“Del registro Albacovid se desprende
que las manifestaciones neurológicas son más comunes de lo que se pensaba en
pacientes hospitalizados con covid-19″, sostiene el presidente de la SEN, el
doctor José Miguel Lainez. “Además, el hecho de que para la realización de este
registro se haya contado con un mayor número de pacientes, respecto a otros
estudios que se han llevado a cabo en otros países, nos hace pensar que los
datos de este registro son los más aproximados, o al menos en lo relativo a la
población española”, añade.
Otro amplio estudio, esta vez con 909
pacientes de Madrid, mostró cómo la alteración o pérdida de los sentidos del
gusto y el olfato se presentan de forma simultánea en el 90% de los casos. En
la mayoría de ellos las alteraciones fueron la única manifestación clínica o
iban acompañadas de otra sintomatología leve. Otras infecciones víricas, como
las provocadas por la gripe, rinovirus o para influenza, también provocan estos
trastornos, pero se señalaba a la propia congestión nasal y el moco como
agentes causantes. Aquí, más de la mitad de los afectados no presentaban tal
congestión. Así que no se descarta la acción directa del coronavirus sobre el
sistema nervioso central.
El trabajo más reciente, publicado la
semana pasada, fue el de mayor duración (50 días) y participantes (1.683).
Publicado en la prestigiosa revista Brain, el objetivo del trabajo era detectar
y analizar los casos de accidentes cerebrovasculares en la muestra. El 1,4%, 23
de ellos, sufrieron algún ataque o derrame cerebral. Lo relevante aquí no es la
cantidad de casos, ya significativa, sino la calidad de los datos, basados en
las imágenes del escáner y el análisis de los tejidos afectados. Se trata de
episodios de pequeños derrames cerebrales generalizados que preocupan a los
neurólogos porque podrían evidenciar que el coronavirus se ha colado en la
cabeza.
“El cerebro se caracteriza por estar
aislado del mundanal ruido. Si hay un patógeno en el resto del cuerpo, la
barrera hematoencefálica impide que entre”, explica Segura, cuyo grupo es
referente en la investigación del ictus e incluye a la mayoría de los autores
del estudio. Esta defensa permite que la sangre con el oxígeno llegue desde los
capilares hasta las neuronas, pero filtra el resto de tóxicos, bacterias y
virus incluidos, que se mueven por el torrente sanguíneo. “La ruptura de esta
barrera es una afectación que no habíamos visto antes”, añade. Para Segura,
encontrar células del endotelio (capa interna del tejido del corazón o los
vasos sanguíneos) en las muestras de tejido cerebral analizadas podría indicar
que es el virus el que ha vencido la principal defensa cerebral más que un
debilitamiento provocado por la propia respuesta del sistema inmune. Para este
neurólogo, estamos ante “un virus respiratorio que también es neurotóxico”.
Coronavirus: ¿Las mutaciones lo hacen más infeccioso?
El coronavirus que amenaza al mundo en este momento no es lo mismo que el coronavirus que surgió por primera vez en China.
Sars-Cov-2, el nombre oficial del virus que causa la enfermedad
Covid-19, y continúa abriendo un camino de destrucción en todo el mundo, está
mutando.
Pero, si bien los científicos han detectado miles de mutaciones, o
cambios en el material genético del virus, hasta ahora solo se ha señalado que
una podría alterar su comportamiento.
Las preguntas cruciales sobre esta mutación son: ¿esto hace que el virus
sea más infeccioso, o letal, en humanos? ¿Y podría representar una amenaza
para el éxito de una futura vacuna?
Este coronavirus en realidad está cambiando muy lentamente en
comparación con una gripe similar a un virus. Con niveles relativamente
bajos de inmunidad natural en la población, sin vacuna y pocos tratamientos
efectivos, no hay presión para que se adapte. Hasta ahora, está haciendo
un buen trabajo para mantenerse en circulación tal como está.
La notable mutación, llamada D614G y situada dentro de la proteína que
forma el "pico" del virus que utiliza para penetrar en nuestras
células, apareció en algún momento después del brote inicial de Wuhan,
probablemente en Italia. Ahora se ve en hasta el 97% de las muestras en
todo el mundo.
Borde evolutivo
La pregunta es si este dominio es la mutación que le da al virus alguna
ventaja, o si es solo por casualidad.
Los virus no tienen un gran plan. Mutan constantemente y, si bien
algunos cambios ayudarán a que un virus se reproduzca, algunos pueden
dificultarlo. Otros son simplemente neutrales. Son un
"subproducto del virus que se replica", dice la Dra. Lucy van Dorp,
del University College London. Ellos "hacen autostop" sobre el
virus sin cambiar su comportamiento.
La mutación que ha surgido podría haberse generalizado solo porque
ocurrió temprano en el brote y se extendió, algo conocido como el "efecto
fundador". Esto es lo que la Dra. Van Dorp y su equipo creen que es
la explicación probable de que la mutación sea tan común. Pero esto es
cada vez más controvertido.
Un número creciente, quizás la mayoría, de virólogos ahora cree, como
explica el Dr. Thushan de Silva, de la Universidad de Sheffield, que hay
suficientes datos para decir que esta versión del virus tiene una "ventaja
selectiva", una ventaja evolutiva sobre La versión anterior.
Aunque todavía no hay pruebas suficientes para decir "es más
transmisible" en las personas, dice, está seguro de que "no es
neutral".
Cuando se estudió en condiciones de laboratorio, el virus mutado fue
mejor al ingresar a las células humanas que aquellos sin la variación, dicen
los profesores Hyeryun Choe y Michael Farzan, en la Universidad Scripps en
Florida. Los cambios en la proteína de pico que usa el virus para
adherirse a las células humanas parecen permitirle "pegarse mejor y
funcionar de manera más eficiente".
Pero ahí es donde dibujaron la línea.
El profesor Farzan dijo que las proteínas de pico de estos virus eran
diferentes de una manera que era "consistente con, pero no demostraba, una
mayor transmisibilidad".
Prueba de resultados de laboratorio
En el Genome Technology Center de la
Universidad de Nueva York, el Dr. Neville Sanjana, que normalmente pasa su
tiempo trabajando en la
tecnología de edición de genes Crispr . ha ido un paso más allá.
Su equipo editó un virus para que tuviera esta alteración en la proteína
espiga y lo enfrentó contra un virus Sars-CoV-2 real del brote temprano de
Wuhan, sin la mutación, en las células de los tejidos humanos. Él cree que
los resultados demuestran que el virus mutado es más transmisible que la
versión original, al menos en el laboratorio.
El Dr. van Dorp señala que "no está claro" cuán
representativos son de transmisión en pacientes reales. Pero el profesor
Farzan dice que estas "marcadas diferencias biológicas" fueron
"lo suficientemente sustanciales como para inclinar un poco la
evidencia" a favor de la idea de que la mutación está haciendo que el
virus se propague mejor.