sábado, 29 de agosto de 2009

SEGURIDAD-DEFENSA Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE SEGUNDA PARTE


En relación a Seguridad y Medio Ambiente, queremos destacar ciertos aspectos:
En el concepto tradicional de seguridad, las amenazas surgen de las presiones económicas, políticas, sicosociales y militares.

Una presión es una coacción de alguien o algo que dispone de poder y que se configura tanto internamente o por estímulo del exterior. Las presiones pueden ser existentes o potenciales, deliberadas o no. Cuando por su importancia se convierten en una amenaza a los objetivos nacionales, se de nominan presiones dominantes. Los problemas de origen ambiental, surgen de la acción o conjunción de fuerzas que se ejercen sobre uno o más componentes del ecosistema, afectando su base de sustentabilidad presente y/o futura, que se manifiesta en erosión, desertificación, deforestación y contaminación ambiental. En estos casos estamos frente al surgimiento de una «presión ambiental» que se ejerce sobre los ecosistemas nacionales e internacionales, y que puede convertirse en una amenaza a los objetivos nacionales y regionales.

Cuando la «presión ambiental», por su naturaleza e importancia, constituye una amenaza ponderable a la consecución de los objetivos nacionales y del propio poder nacional, se convierte en presión preponderante o tensión ambiental. Finalmente, si esta presión ambiental preponderante o tensión ambiental afecta a la seguridad nacional o regional, será necesario adoptar las medidas necesarias a fin de evitar problemas internacionales o la depredación ambiental nacional. Tal es el caso de la destrucción de la selva y bosques de la Amazonía, que se ha convertido en una tensión ambiental internacional, dando lugar a la imposición de condicionamientos ambientalistas para préstamos al Brasil.

En efecto, en marzo de 1989, la tercera Conferencia de Cancilleres de los ocho países firmantes del Tratado de Cooperación Amazónica, en vista de la creciente acción internacional sobre la depredación de la Amazonía, tuvieron que adoptar la «Declaración de Quito», que declara a la Amazonía como Reserva Ecológica Mundial, cuyo manejo es atribución soberana de las naciones signatarias del mismo tratado. La decisión que rechaza toda injerencia extraña sobre la soberanía de los países implica, al mismo tiempo, el compromiso de una utilización racional de la cuenca, la restauración y mantenimiento del equilibrio ecológico.

En esta misma línea y por los mismos motivos se inscribe la «Declaración de la Amazonía» emitida por los presidentes de los países miembros del Tratado, reunidos en Manaos el 6-5-89 con el propósito de realizar una reflexión conjunta «sobre sus intereses económicos en la región amazónica, y, en particular, sobre el futuro de la cooperación para el desarrollo y la protección del rico patrimonio de sus respectivos territorios amazónicos». En esta declaración, entre otros aspectos, se reitera que «el patrimonio amazónico debe ser conservado por medio de la utilización racional de los recursos de la región», se reafirma «el derecho soberano de cada país de administrar libremente sus recursos naturales» y se resalta la necesidad de que la preocupación de los países altamente desarrollados en relación a la Amazonía «se traduzca en medidas de cooperación en los planos financiero y tecnológico».

Por otra parte, como resultado de lo que hemos denominado presión ambiental se inscriben las principales conclusiones de la cumbre económica que las siete principales potencias industrializadas no comunistas, celebraron en París el 16-7-89. Ellas fueron:

La necesidad de una acción urgente para preservar el equilibrio ecológico mundial.
La obligación del Banco Mundial de tomar en cuenta factores ambientales al considerar solicitudes de préstamos.

La necesidad de esfuerzos mancomunados para limitar las emisiones de anhídrido carbónico y otros gases que contribuyen al denominado «efecto invernadero».

La de revertir la tendencia a la deforestación, para preservar las selvas tropicales y los bosques de climas templados contra los anhídridos sulfurosos y los óxidos de nitrógeno.

No es un problema sectorial
El Medio Ambiente ha cobrado una nueva dimensión en el estudio del potencial nacional y de la realidad nacional. El conocimiento básico en que se sustenta la formulación de la concepción de seguridad tradicional, es la aceptación generalizada de que poder nacional, potencial nacional y realidad nacional, aceptan por razones didácticas su división en factores, expresiones o dominios denominados político, económico, sicosocial y militar.

El medio ambiente no acepta esta división, no puede constituirse en un factor, sector, componente o dominio del poder nacional o realidad nacional. Lo ambiental y lo ecológico constituyen una dimensión inseparable de la vida social, en consecuencia deberán ser asumidos en su conjunto como problemas de política general y no sectorial o de dominio.

viernes, 28 de agosto de 2009

BAUTISMO DE FUEGO PARA EL CONSEJO SUDAMERICANO DE DEFENSA


Un nuevo desafío en materia de defensa para Sudamérica y la institución que la concentra: UNASUR

¿Los países de América del Sur están en condiciones de llevar adelante un Consejo de Defensa Sudamericano o será una sigla más de la gran cantidad de organismos que hay en la región y que sobreviven en estado crítico? Sudamérica tiene hoy distintos esquemas de integración, que muchas veces terminan sobreponiéndose y quedan en un plano retórico al mediatizar y no profundizar sus acuerdos fundacionales.

La respuesta dependerá de las pujas internas por el liderazgo en una región, que cada vez tiene más conflictos y diferencias, en el convulsionado y multipolar siglo XXI, y en donde intereses extra regionales comenzaron a desembarcar en América Latina tras el fin de la Guerra Fría, sumando así una nueva complejidad al continente; mientras que paralelamente varios gobiernos hacen gala de su frontal oposición a Estados Unidos –al igual que en el siglo pasado- como principal eje de su política para construir eventuales modelos de integración regional.

Cualquier intento de integración en el ámbito de la seguridad y defensa no se podrá obtener mientras no existan Estados consolidados en cada uno de los países, y un adecuado nivel previo de integración política.

Los recientes conflictos entre Venezuela y Ecuador con Colombia son hechos más que elocuentes que se suman a las complejas diferencias que hay en la región, más allá de las retóricas y la euforia latinoamericanista que nunca logra plasmarse.

Los presidentes de Brasil, Luís Ignacio “Lula” da Silva, y de Chile, Michelle Bachelet, pidieron abordar ese tema. Ambos presidentes son partidarios de convocar al Consejo de Defensa Sudamericano por el caso de las bases. De hecho, Uribe habló telefónicamente con Bachelet y le dejó claro que Estados Unidos no instalará nuevas bases, sino que hará uso de las colombianas, siempre bajo el mando de oficiales nacionales y el marco de la lucha contra el narcotráfico.

El gobierno se inclina por evitar la presencia de Uribe y Bermúdez en una cumbre en la que Ecuador asumirá la presidencia del bloque regional, en momentos en que los niveles de tensión han aumentado. La negativa del gobierno a asistir a la cumbre tiene un antecedente. El año pasado, Colombia desistió de asumir la presidencia pro témpore de UNASUR. Uribe le explicó entonces a Lula que no era momento de tomar esas riendas, por las dificultades con los presidentes de Ecuador, Rafael Correa y Venezuela, Hugo Chávez, que hoy continúan.

La tensión era producto del operativo contra el jefe guerrillero de las FARC Raúl Reyes, en marzo de 2008.

La reunión del año pasado, en la que se debía firmar el acta de constitución de UNASUR, iba a hacerse en Cartagena, el 28 de marzo, pero las diferencias con el presidente Correa obligaron a que el encuentro se realizara, meses después, en Brasilia.

Pero otra parte, la UNASUR –del cual depende el Consejo de Defensa Sudamericano- no ha sido ratificada por algunos de los parlamentos de los países integrantes. Algunos pueden preguntarse entonces que validez tiene la novel institución. Incluso no tiene secretario general, tras el veto que interpuso Uruguay al ex presidente Néstor Kirchner para ese cargo, como consecuencia del diferendo entre los gobiernos de Montevideo y Buenos Aires por la instalación de una papelera finlandesa en Uruguay, que está litigo en el los tribunales de La Haya.

Sin duda, la puja entre los presidentes Lula y Hugo Chávez por liderar en la región marcará el tenor del Consejo de Defensa Sudamericano y su eventual misión en una América Latina, inmersa en interminables conflictos sin resolver y, ahora, con una incipiente carrera armamentista, mientras que paralelamente potencias extra regionales llegan a Sudamérica –Irán y Rusia- para intentar ocupar el lugar que había dejado Estados Unidos, tras los ataques terroristas islamistas del 11-S.

Por eso importa, y mucho, cómo serán los acuerdos regionales, si logran trascender en el campo de la defensa, o si serán simplemente una muestra más de la infantil política antiestadounidense de ciertos sectores, que buscan la integración basándose en la retórica y la confrontación con Washington, más que en la construcción de un proyecto en donde la democracia sea el pilar para el desarrollo de las respectivas sociedades.

Veremos si se trata de un organismo acotado, reducido a determinadas posiciones de carácter coyuntural y en función de intereses nacionales, o un Consejo operante en el sector defensa que no se quede sólo en la fase de las discusiones teóricas y en los negocios de armamento.

El Consejo de Defensa Sudamericano es una herramienta dentro de la UNASUR, y aún hay dudas sobre su funcionamiento real como un organismo multilateral. Podría quedar en un sello más, que engrosaría la danza de siglas en las que se sumerge Sudamérica.
Este Consejo, en principio, se va a superponer a una cantidad de organismos ya existentes. Hoy funcionan en la región y en el hemisferio varios mecanismos de cooperación, con plena capacidad operativa. Tal es caso de la OEA, que tiene carácter hemisférico, de la cual depende la Junta Interamericana de Defensa, el Comité Consultivo de Defensa y la Comisión de Seguridad Hemisférica, el Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE) y la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD). De hecho, este Consejo se parece bastante a la Junta Interamericana de Defensa pero sin la participación de los Estados Unidos, Canadá y los países del Caribe. Sin duda, su creación fortalecería el incipiente sistema sudamericano y debilitaría aún más el sistema hemisférico. Más allá de los intereses nacionales de Brasil, es con esta óptica que habría que considerar la creación del nuevo Consejo.

El primer objetivo del Consejo de Defensa Sudamericano será consolidarse como un mecanismo permanente de discusión en materia de defensa de los 12 países que integran la recién creada UNASUR, según se lo acordado en la reunión de marzo en Santiago de Chile, en donde se instaló luego de diez meses de negociaciones, tras estampar una breve declaración de tres páginas y unas mil palabras.

La agenda 2009-2010 se divide en cuatro ejes: políticas de defensa, cooperación militar, acciones humanitarias y operaciones de paz, industria y tecnología de defensa, y formación y capacitación. Cada uno tiene una serie de iniciativas específicas.

En este marco, los países se comprometieron a compartir y dar transparencia a la información sobre gastos e indicadores económicos de defensa y crear un mecanismo para contribuir a la articulación de posiciones conjuntas de la región en foros multilaterales sobre defensa.

También se planificarán ejercicios combinados de asistencia en caso de catástrofes naturales, se creará una red sudamericana de capacitación y formación en seguridad, se pondrá en funcionamiento el Centro Sudamericano de Estudios Estratégicos de Defensa y en noviembre de este año se llevará a cabo en Río de Janeiro el primer Encuentro Sudamericano de Estudios Estratégicos.

Asimismo, se elaborará un diagnóstico de la industria de defensa de los países miembros, identificando capacidades y áreas de asociación estratégicas, para promover la complementariedad, la investigación y la transferencia tecnológica.

Sin embargo, la tensa relación diplomática que mantienen en estos momentos Chile y Perú fue otro de los asuntos que alcanzó protagonismo en la reunión constitutiva, pese a que los titulares de defensa de ambos países trataron de evitar rispideces. Esto pone un manto de duda con respecto a los objetivos del Consejo. Perú presentó ante la Corte Internacional de Justicia los argumentos de su demanda contra Chile por los límites marítimos de ambos países. A consecuencia de esto, Chile decidió suspender indefinidamente las denominadas reuniones “2+2”, que se realizaban periódicamente entre los ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores. En la reunión de Santiago, Goñi descartó que éstas se reanuden a corto plazo.

Más que la unidad ansiada y proclamada, en la región campean los conflictos políticos. Existen encontrados proyectos políticos difíciles de congeniar.
El diálogo entre Argentina y Uruguay está virtualmente distorsionado desde hace varios años debido a una fábrica de celulosa de la empresa finlandesa Botnia instalada en un río fronterizo. Perú, Chile y Bolivia mantienen diferencias limítrofes que se arrastran desde el siglo XIX. Incluso la escalada verbal entre La Paz y Lima va en aumento. Venezuela y Guayana mantienen desde hace más de 100 años un diferendo limítrofe por el Esequibo, una zona rica en minerales, que abarca cerca de 160.000 kilómetros cuadrados (casi el tamaño de Uruguay) y cuya soberanía es reclamada por Caracas. Y la lista de conflictos y enfrentamientos podría continuar.
Es evidente que en el sector de la defensa y la seguridad lo que pueda ser útil a Colombia, no sería tal vez de utilidad para Brasil. Lo que necesite Argentina probablemente no vaya en consonancia con lo que quiere Bolivia, Perú, Ecuador o Chile. Y lo que requiera Uruguay en materia de defensa y seguridad, no será seguramente lo que propone Venezuela.

Por eso es válido preguntarse si existe una identidad en América del Sur o una filosofía compartida que permita llevar adelante con éxito esta iniciativa, cuando las diferencias van en muchos casos en aumento.

Qué va a pasar con la asimetría entre los países específicamente en el área Defensa, van a desaparecer gracias a este nuevo organismo. Cómo pueden asegurarse países más pequeños sus derechos ante las prioridades de los países más grandes. El mal funcionamiento del Mercosur es un ejemplo de las tensiones entre varios países.

¿Uruguay y Venezuela tendrán los mismos amigos y enemigos?, por ejemplo. Todos estos cuestionamientos son válidos a la hora de ver con cierto escepticismo la iniciativa.
Los 12 países sudamericanos forman una región con más de 17 millones de km2 de extensión, 380 millones de habitantes y un PBI de US$ 1,3 billones. Sudamérica tiene además el 25% de las especies animales del mundo, el 10% de la superficie cultivable, el 30% de bosques de madera y las mayores reservas de agua dulce, petróleo y gas. Pero, la heterogeneidad, la desconfianza política y los conflictos pesan mucho.

La solución de los problemas bilaterales que persisten entre los países en la región no vendrá de la mano de un Consejo de Defensa Sudamericano. En Santiago de Chile no se discutió sobre ningún país en particular por las diferentes visiones y problemas existentes. Por eso una integración en el campo de la defensa dependerá de muchos factores, entre ellos la construcción de confianza, en un momento en donde la crisis financiera amenaza con inestabilizar la región.

Hay posiciones disímiles y conflictos en materia política, económica y militar. Sudamérica no es la Unión Europea. El Consejo de Defensa de la UNASUR no se ha planteado en ningún caso formar una fuerza militar clásica conjunta, similar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Este Consejo no apunta a ser una alianza militar clásica. No hay ninguna pretensión de hacer una fuerza sudamericana de defensa, que sería un problema y no una solución. Hay dudas a ser aclaradas en relación a la función, en este nuevo esquema, de los ministros de defensa, el rol de la política en relación a los objetivos y a las estrategias en contraposición o complementariedad con las decisiones militares, además de cuestionar si el liderazgo económico supondría un liderazgo militar en la región.

Es lógico tener dudas sobre la viabilidad de este Consejo creado por Brasil a la medida de su estrategia, que se convertirá en un foro para la obtención del consenso y también para la administración del disenso regional en una región que debería ser de paz.

Más allá de las buenas intenciones y el voluntarismo, el tiempo dirá si el flamante Consejo de Defensa Sudamericano tendrá una vida eficaz, si llega a pasar de los discursos y las declaraciones a lograr acuerdos que deberán adoptarse por trabajosos consensos negociados-, o será simplemente una tribuna más para criticar a Estados Unidos y dejar los problemas y conflictos irresueltos en un eterno limbo, de una región que debe insertarse en un mundo global cada vez más competitivo, multipolar y con nuevas amenazas.

jueves, 20 de agosto de 2009

COMO MANTENERNOS POSITIVOS ANTE LA ADVERSIDAD

¿Cuántas veces hemos pasado por malos momentos? Definitivamente más de una, pero seguramente muy pocas veces hemos sido capaces de utilizar dichas experiencias a nuestro favor.

A continuación encontrarás una serie de herramientas básicas para saber cómo podemos mantenernos positivos en los momentos de adversidad, y salir fortalecidos luego de ello.

Todos pasamos por momentos difíciles, eso no lo podemos evitar; sin embargo, debemos tener siempre herramientas mentales a la mano que nos permitan sobrellevar esos momentos de la mejor manera posible, ya que de otra modo podríamos terminar cayendo en la desesperación y, en casos extremos, nuestra desesperación podría desembocar en consecuencia fatales. Así como uno necesita determinadas herramientas para arreglar una máquina que se descompone, necesitamos también determinadas herramientas para “componernos a nosotros mismos”. A continuación compartiré con ustedes algunas herramientas básicas para que podamos aprender a mantenernos positivos aún en los momentos de mayor adversidad. Traten de interiorizarlas de la mejor manera posible, luego verán que bien valió la pena un pequeño esfuerzo.

Mantenernos positivos es en verdad una especie de arte que tenemos que aprender a manejar. Puede que en un primer momento resulte algo complicado, pero con un poco de disciplina, práctica y constancia, lograremos ser personas realmente optimistas, y, por ende, seremos capaces de mantenernos positivos aún en los más duros momentos de adversidad.

¿A quién no le ha pasado que de pronto parece que ha habido una extraña confabulación para que todo salga mal? Perdemos el trabajo, sobrevienen problemas económicos, sufrimos una ruptura amorosa, la traición de alguien que apreciábamos mucho, nos enfermamos o incluso sufrimos la pérdida irreparable de un ser querido. No estamos libres de que nos sucedan este tipo de cosas; son parte de la vida y en algún momento, más temprano o más tarde, nos tocará vivirlas; sin embargo, no podemos dejar que nos derroten, ya que nuestra misión en esta vida es ser felices y, claro, podemos sufrir “bajones” en determinados momentos, pero siempre debemos levantarnos y mirar hacia adelante. Aunque suene redundante o contradictorio, la única batalla que podemos perder es la que no estamos dispuestos a ganar. Todo depende de nosotros.

Bueno, dicho esto te brindo las herramientas prometidas. Recuerda que es importante que aprendas a usarlas con disciplina, práctica y, sobre todo FE.
Tienes que creer que eres capaz de lograr lo que te propongas. Las acciones que emprendas no servirán de nada si no estás absolutamente convencido de que eres capaz de lograrlas.

1. Aceptación. Este es el primer paso, y el más importante, para iniciar el camino de la superación. Es necesario que ACEPTES lo que te pasó o te está pasando; rechazarlo o renegar contra ello no servirá de nada, solo retrasará tu proceso de curación. Cambia el ¿Por qué a mí? por un “Bueno, me pasó, ahora debo ver qué hago”.
2. Duelo. Aunque parezca irónico, es necesario pasar por un etapa de duelo, y para esto no necesariamente se tiene que haber muerto alguien. Cuando pasamos por una ruptura, la pérdida de un trabajo, un momento difícil en general, es necesario que nos tomemos un poquito de tiempo para asimilarlo bien. Démonos un espacio, un respiro, un momento para pensar, así luego volveremos “a la carga” con más fuerza.
3. Darnos fuerzas. Siempre es bueno escuchar los consejos de las personas en quien confiamos, pero nadie mejor que nosotros para saber qué es lo que nos impulsa a luchar día a día. Piensa en todos los motivos que tienes para salir adelante, incluso puedes hacer una lista. Pueden ser personas, sueños, lugares... nadie mejor que tú para saberlo.
4. Ver el otro lado. Preguntarnos ¿Por qué a mí? es absolutamente inútil, pero preguntarnos solo ¿Por qué? puede resultar beneficioso en cierto sentido. Todas las cosas pasan por algo, así que tratemos de buscarle el lado positivo al asunto. Si un ciclo se cerró, comenzará algo mejor, si perdimos algo, ganaremos mucho más, es cuestión de tratar de ver el otro lado del asunto para mantenernos positivos.
5. Nuevos proyectos. Luego de haber hecho nuestro duelo y de haber identificado los motivos por los que queremos seguir adelante, llega el momento de la acción. Ya estamos listos para “salir a la cancha” nuevamente, ilusionémonos con nuevos proyectos, es el momento de volver a arriesgarnos y de volver a confiar, es algo que nunca debemos perder, es lo que va a impulsar nuestra capacidad de mantenernos positivos.
6. Meditar. Hagamos de la meditación una práctica diaria en nuestra vida, es absolutamente saludable para nuestra mente. Reservar 15 a 30 minutos de nuestro día para poner nuestra mente en blanco y luego empezar a visualizar cosas positivas nos hará un bien enorme. La meditación es una herramienta esencial para que podamos mantener nuestro equilibrio. Si se vuelve parte de nuestra rutina, encontraremos muchas de las respuestas que estábamos buscando en esos escasos minutos.

Te invito a poner en práctica estas herramientas básicas para mantenernos positivos; son bastante sencillas, y bien valen la pena

miércoles, 29 de julio de 2009

SEGURIDAD-DEFENSA Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE

El deterioro ambiental puede convertirse en una amenaza contra los objetivos nacionales y regionales, constituyendo una típica «presión», de origen interno o externo. Cobra así una nueva dimensión el concepto de seguridad, que se ocupa tradicionalmente sólo de amenazas que surgen de presiones económicas, políticas, psicosociales o militares. La destrucción de la Amazonía se ha convertido en una tensión ambiental internacional, originando la imposición de condicionamientos ambientalistas para préstamos al Brasil en los más altos niveles de la banca mundial. Sin embargo, no se ha extendido una conciencia ambiental entre los latinoamericanos, mientras las grandes potencias industriales siguen «eligiéndonos» como botadero de desperdicios tóxicos, eventualmente nucleares. Los objetivos de la seguridad ambiental deben ser preventivos, pues la coacción a posteriori, difícilmente podrá reparar los daños producidos...

La seguridad es una necesidad de la persona y de los grupos humanos, y un derecho del hombre y de las naciones. La seguridad es un estado, una situación, una noción de garantía, protección o tranquilidad frente a las amenazas o acciones adversas a la propia persona, las instituciones o bienes esenciales, existentes o pretendidos. La seguridad, como el grado de garantía a ser proporcionada, resulta un elemento indispensable para alcanzar el bien común, un conjunto de condiciones capaces de ofrecer a todos una vida digna.

Los problemas que interesan a la seguridad nacional están referidos a los antagonismos o presiones que verdaderamente dificultan o impiden la obtención y mantenimiento de los objetivos nacionales. En los últimos años, en foros internacionales y nacionales, artículos y conferencias, hemos venido argumentando en favor de la difusión de un nuevo concepto de seguridad regional, más allá del uso tradicional al que hemos estado acostumbrados. Un concepto sudamericano propio, que permita hacer frente a las «nuevas amenazas» que han surgido en la región, haciendo énfasis en que los problemas de seguridad en esta parte del mundo están cada vez más vinculados a los aspectos políticos, económicos, psicosociales y ecológicos que a los militares. Una de las «nuevas amenazas» que enfrenta la región son los peligros originados en los desequilibrios ecológicos y el deterioro ambiental.

CONTINUAREMOS DESAROOLLANDO ESTE TEMA QUE ES MUY AMPLIO Y NUEVO

domingo, 26 de julio de 2009

SEGUIMOS PROFESANDO LA RELIGIÓN DEL DESPILFARRO"


Acuse.
Seguimos profesando la religión del despilfarro.
Argumente.
Compramos bienes que han sido fabricados para durar pocos años, cuando podrían fabricarse para funcionar durante muchísimos años más.
¿Qué productos?
Coches, electrodomésticos... Los hacen para que fallen a los pocos años, calculan su obsolescencia. Pero nos incitan a quererlos ¡y los queremos sin cuestionarnos nada! Y la industria nos inunda de modas pasajeras, productos nuevos sustitutos de otros...
Los necesitamos.
Las necesidades las determina tu red social: lo que hoy consideramos imprescindible ¡no lo necesitábamos años atrás!
¿Se refiere a mi celular?
Y computadora, televisor, microondas, lavadora, aspiradora... ¡tantos objetos sin los que habíamos vivido siempre!
¿Dónde trazo la frontera entre necesario y superfluo?
Las únicas necesidades básicas universales son comer, beber y dormir, además del afecto y el reconocimiento.
¿Me propone volver a las cavernas?
No, pero sí que seamos conscientes del abusivo consumo energético actual. ¿Es sostenible en el tiempo?
¿Lo es?
Lo sería si aprovechásemos la energía con más eficiencia, y si obtuviésemos energía de otras fuentes. De lo contrario...
¿Qué?
Hoy extraemos el 80% de nuestra energía de los combustibles fósiles - petróleo, carbón, gas-¡a sabiendas de que tienen fecha de caducidad!
¿Cuándo se nos acabarán?
Declinarán irreversiblemente dentro de unos 20 años, según la mayoría de cálculos.
Y luego, ¿qué?
Perderemos nuestro actual confort, a menos que empecemos a actuar ahora mismo.
¿En qué sentido?
Invirtiendo dinero en energías renovables: eólica, solar fotovoltaica, solar térmica...
Y nuclear?
¡No! Es una herencia ruinosa para nuestros hijos y nietos: cada euro, dólar, yen, libra, nuevo sol invertido hoy en energía eólica produce lo mismo - y sin residuos ni riesgos, e indefinidamente- que cada euro, dólar, yen, libra, nuevo sol invertido en energía nuclear.
Pero los molinos eólicos devoran mucho espacio natural, bellos paisajes...
Es su única desventaja, pero si queremos mantener nuestro confort...
¿Y si sigue creciendo la población, qué?
Es un problema. Habrá que generar más energía… o consumir un poquito menos cada uno. Los recursos del planeta están al límite: lo sensato, pues, es ser más austeros.
¿Cómo hacemos eso en la práctica?
¡Hay todavía muchas medidas que adoptar para sacarle más partido a la energía!
Dígame y voy tomando nota.
Fabricar un tipo universal de cargador de celulares. Imponer un mejor aislamiento térmico de nuestras viviendas (¡ahorraremos millones en calefacción!). Fabricar sin obsolescencia. Reciclar metales en la industria metalúrgica. Reutilizar botellas de vidrio. Depurar aguas. Calentar el agua con energía solar. Prohibir los focos incandescentes, sustituyéndola por los focos ahorradores (da la misma luz consumiendo cinco veces menos)... ¡Preservemos nuestro confort, pero con menos consumo de recursos!
¿Alguna otra idea ahorradora?
Fomentar el transporte público y también un eficaz sistema de alquiler de vehículos.
¿Algo así como un bicing de autos?
Sí. Haga números: ¡tener un auto en propiedad es un despilfarro! Dos, no le cuento.
¿Desde cuándo nos atrapa la tentación del despilfarro?
Está en la naturaleza humana, pero la agrava el mimetismo social: lo que desde siempre hacían unas minorías dominantes (para distinguirse) ¡acabaron haciéndolo las masas en la segunda mitad del siglo XX!
Y se disparó el consumo de recursos.
En los últimos 200 años, la población mundial se ha multiplicado por siete, ¡y la producción de bienes se ha multiplicado por sesenta! Por eso debemos cambiar la economía cowboy por la economía nave Tierra.
¿Qué dos economías son esas?
La primera consiste en ocupar nuevas tierras a caballo, dejando atrás las que agotaste. La segunda, vivir como los astronautas en vuelo espacial: ¡reciclan incluso la orina, y con poco agua subsisten sin problemas!
Veo muy difícil cambiar de paradigma...
Tiene usted razón: somos cortoplacistas y sólo reaccionaremos a las malas, a la fuerza, ¡cuándo ya no nos quede más remedio!
Y lo que ahora más preocupa, a corto plazo, es el paro.
Que es consecuencia de tantos excesos acumulados por este sistema de crecimiento desmedido, expansivo. Un sistema económico basado en la avidez de ganancias más que en el bienestar de las personas. Y aquí me gustaría decirles algo a los sindicatos..
Dígalo.
Más que el consumo privado, ¡defended el Estado del bienestar! Es nuestra garantía de futuro. O nos quedaremos a la intemperie. Propongo un socialismo de mercado: ¡sin regulación no hay libertad viable!
¿Algo más, para completar su modelo?
Menos consumo y más inversiones en energías renovables. ¿Y por qué un banco tiene que ser un negocio? Es posible nacionalizar la banca?
Mejor con menos

sábado, 11 de julio de 2009

EL CAMBIO CLIMÁTICO REFLEXIONES DESDE NUESTRO PLANETA


En un inicio es conveniente recordar la afirmación del Padre Manuel Carreira, insigne astrofísico jesuita: “Ni es todo provisional y discutible, ni es tampoco completa nuestra ciencia en campo alguno. Y es enormemente importante establecer con claridad lo que se puede reconocer como cierto y distinguir de las frecuentes estridencias de los titulares…”.
Ante todo hablar de cambio climático significa precisar las escalas temporales y espaciales. En sí es un fenómeno dinámico caracterizado por olas de enfriamiento y olas de calentamiento cuya contemporaneidad es la de la Tierra. Los episodios creados son estudiados por numerosos investigadores. Es así que Flannery2 los considera como ‘las puertas’ del tiempo, “momentos en que una era –y a menudo un clima– da paso a la siguiente”. El conjunto de estas informaciones ha sido revisado por numerosos científicos (Berger, 1992; Mitchell, 1976; Rasmusson, 1990; Gates, 1981; y otros) y provienen de diferentes fuentes:
• Los datos meteorológicos y oceanográficos que cubren menos de dos siglos.
• Los archivos históricos que cubren los últimos milenios (Le Roy Ladurie, 1983).
• Los archivos naturales que nos ofrecen la memoria milenaria de los glaciares, de las rocas sedimentarias, de los sedimentos oceanográficos, lacustres y fluviales, de las lavas, de los anillos de los árboles (dendroclimatología) y de los pólenes, de los arrecifes coralíferos y de los fósiles.
Esta información nos permite diferenciar:
a) Las variaciones naturales del clima, cuya escala temporal abarca siglos y milenios y cuyos elementos desencadenadores se originan en los espacios cósmico y planetario (el ciclo solar y las manchas solares, el modelo de Milankovitch, la relación entre las variaciones de radiación solar entrante y los ciclos de periodo glaciar; la deriva continental, los campos magnéticos y oscilaciones polares, las erupciones volcánicas, las corrientes atmosféricas y oceánicas…).
b) Las variaciones del clima inducidas por las actividades humanas, que se expresan a escala local, regional y mundial (lluvias ácidas, emisiones de gases de efecto invernadero generados por los parques automotores, la industrialización y la deforestación, degradación de la capacidad que tienen los ecosistemas para prestar sus servicios, en particular los servicios de base y efectos directos sobre la calidad de vida de las poblaciones3.
Estas dos dinámicas se conjugan entre ellas y crean un escenario complejo, difícil de descodificar, lo que suscita a menudo una cierta confusión. Ante las variaciones naturales del clima debe reconocerse que queda mucho por hacer, y a pesar de los avances actuales de la ciencia, existe una escasa producción de conocimientos, fruto de una financiación insuficiente para la investigación de base. Asimismo, no se precisa claramente que las variaciones naturales del clima impactan en las sociedades y que estas no tienen ninguna responsabilidad en ellas. En nuestra historia cercana es de gran interés observar cómo las sociedades supieron valorar o sufrir los periodos de calentamiento y de enfriamiento.

En la Edad Media, en el llamado Período Cálido Medieval (700 a 1300), el cultivo de los frutales mediterráneos y de la vid, aprovechando las bondades del clima, llegaban hasta la Inglaterra meridional. Sin embargo, después de décadas de decrecimiento de las temperaturas, se entró hacia el año 1350 en la llamada Pequeña Edad de Hielo. Esto significó cambios socioeconómicos importantes, adaptaciones de las poblaciones rurales e introducción de nuevos cultivos. También la adaptación de las poblaciones urbanas al frío creciente (los incendios provocados por la calefacción mediante quema de carbón, obligó al Rey Eduardo I de Inglaterra a prohibir por decreto, en 1273, esta práctica en la ciudad de Londres; se amenazó con ahorcar al que violara esta norma).
El escenario es muy distinto en el caso de las variaciones del clima inducidas por las actividades humanas, consecuencia directa de nuestras decisiones. Debemos conocer ante todo los procesos que generan, cómo se desencadenan y sus implicancias a nivel de nuestro macroecosistema “Tierra”. Solamente así podremos revertirlas a nivel local (desde el hogar, la comunidad, el barrio, el campo, el bosque, el glaciar, la cocha, el río, el mar), a nivel regional y mundial.
Junto con la desinformación que facilita la confusión entre escalas espaciales y temporales, la falta de clarificación conceptual y el mal uso del lenguaje a nivel mediático favorecen la generación de mitos y temores. Es así que podemos leer o escuchar afirmaciones como “el clima nos amenaza”, “el cambio climático amenaza la seguridad internacional” o “el calentamiento global está secando lagos montañosos y tierras húmedas y amenaza a grandes ciudades de América del Sur”. Si observamos los procesos locales de cambio climático, una parte importante de ellos son generados por la deforestación, la cual genera una pérdida de biodiversidad y una disminución importante de los manantiales. A su vez, esos procesos significan impactos severos en el ciclo hidrológico (menos evaporación y evapotranspiración, más torrencialidad, menos infiltración), lo que se traduce en deslizamientos, aluviones e inundaciones.
Los impactos devastadores del cultivo masivo de la coca y de la minería informal perturban fuertemente el ciclo hidrológico, desertifican y acentúan los cambios climáticos locales. La ciudad –gran dependiente de su soporte ecológico– es la que perturba más severamente los ecosistemas de los cuales vive. A partir de las emisiones de su parque automotor y de sus industrias, de la pérdida de las áreas verdes y el continuo sembrío de asfalto y de materiales de construcción donde predominan el concreto, el vidrio y el metal, la ciudad favorece un cambio climático local entre su centro y el hinterland rural que puede alcanzar varios grados Celsius.
Nuestro país está sembrado de experiencias positivas en las que comunidades campesinas y una ciudadanía responsable han logrado diálogos concretos que han permitido recuperar manantiales, coberturas vegetales, recursos hídricos y, sobre todo, la calidad de los servicios ecosistémicos y su capacidad de regulación del clima, de depuración del agua y de suministro. Pero no faltan los esfuerzos urbanos, que deben multiplicarse e integrarse.

Es hora de cambiar. Sólo nuestros cambios de actitudes y acciones revertirán el cambio climático local que generamos y sufrimos, y nos encaminarán hacia la sostenibilidad. No podemos perder el guión de la vida; nuestra responsabilidad debe ser activa, informada y esperanzadora.

sábado, 20 de junio de 2009

FELIZ DÍA DEL PADRE AMAZONICO ANDINO


Un padre es el soporte en nuestro hogar,
el que se guarda los sentimientos en la profundidad de su alma,
el que te da seguridad en tus horas de angustia,
es el héroe de tus cuentos infantiles,
es aquel que te impone respeto en la adolescencia
pero si te fijas bien,cuánta ternura desprenden sus ojos al mirarnos!
Es quizás el que no te prodiga de besos y abrazos como tu madre,
pero en las noches cuando uno duerme,es el que se asoma con suavidad a tu cuarto
y con suma delicadeza cubre nuestro cuerpo con la sábana que hemos enrollado a nuestros pies,
mientras la emoción le nubla los ojos,porque se siente tan orgulloso de tenernos!
Tenemos que comprender el papel que muchas veces se le asigna a nuestro padre,
un papel un tanto distante,severo,
¿quién de nosotros no habrá escuchado de su madre alguna vez decirnos..'se lo voy a decir a tu padre cuando llegue'...
y uno se siente temeroso pero a la vez espera ansioso el regreso del padre
y cuando lo alcanzas a divisar desde la ventana,
ya no temes el regaño,lo que esperas anheloso,
es su abrazo protector!
Gracias a todos ellos,nuestros padres.
Felicidades a los hijos que lo han disfrutado toda su vida,a los que lo tuvieron poco tiempo,
pero fue muy intenso ese transcurrir,
a los que por ciertas circunstancias no tenemos a nuesto Padre a nuestro lado,
disfrutemos del recuerdo emotivo que teníamos de el
que junto con el amor de una madre,hacen de nuestra vida feliz.!