miércoles, 8 de abril de 2020

Presidente Vizcarra anuncia en conferencia la ampliación del Estado de Emergencia hasta el domingo 26 de abril". El MINSA confirma 121 fallecidos

Hoy  08 de abril se cumple el vigésimo cuarto día de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus. En esta conferencia el Presidente Vizcarra informa la ampliación del Estado de Emergencia hasta el  26 de Abril.


Las últimas cifras brindadas por el Presidente Vizcarra indican que los casos de COVID - 19, desde que se anunciara el primer infectado. A la fecha se han procesado 31,599 muestras (23,255 muestras moleculares y 16,344 rápidas) por coronavirus, dando como positivos 4,342 personas.

De acuerdo a información del MINSA  la fecha hay 121 fallecidos, desde la Red Ambiental Amazónica Andina, expresamos nuestro sentido pésame a todas las familias que pierden a un ser querido.

Lo único que puede evitar que el Coronavirus no se expanda es quedarse en casa y no salir, háganlo por ustedes y por sus seres queridos, después será tarde para las lamentaciones.  

martes, 7 de abril de 2020

Dimite el jefe de la Marina de EE UU tras atacar al capitán que denunció un brote de Covid-19 en un barco


El secretario de la Marina de Estados Unidos, Thomas Modly, presentó su dimisión este martes tras una desagradable polémica en la que llamó “estúpido” y “naif” [ingenuo] al capitán de un portaaviones que se ha acabado convirtiendo en un héroe popular de la lucha contra el coronavirus. Modly había relevado del mando al capitán Brett Crozier del portaaviones Theodore Roosevelt después de que este pidiera ayuda para desembarcar a sus hombres en una dramática carta que acabó en la prensa. Un centenar de marineros a bordo habían dado positivo por Covid-19.

La carta estaba fechada el pasado 30 de marzo y trascendió a la prensa al día siguiente. En ella, Crozier explicaba que las condiciones dentro del portaaviones nuclear, con base en San Diego, hacían imposible cumplir con la cuarentena y el distanciamiento necesarios para prevenir el contagio. Con un centenar de casos confirmados entre la tropa, era cuestión de tiempo que todo el barco fuera infectado. “No estamos en guerra”, decía Crozier. “No tienen por qué morir soldados”.

Crozier envió la carta después de encontrarse con que no podía desembarcar a los más de 4.000 marineros en la isla de Guam, donde se encuentra atracado el portaaviones. La Marina apenas había logrado unos cientos de camas de hotel en Guam. Los marineros comenzaron a desembarcar dos días después de hacerse pública la carta. Sin embargo, la filtración enfadó a los responsables de la Marina y Crozier fue relevado del mando por falta de confianza.

El secretario Modley viajó entonces a Guam para hablar directamente con la tropa y explicarles el relevo del capitán. En su discurso atacó personalmente a Crozier, al que llamó “estúpido” y del que dijo que era “naif”. Después de filtrarse el audio del discurso, Modley dijo que se reafirmaba en “cada palabra” que había dicho. No fue hasta que se hizo evidente el malestar de la tropa cuando se disculpó públicamente por sus palabras. “Quiero disculparme por la confusión que puedan haber causado mis palabras. Quiero también disculparme directamente con el capitán Crozier, su familia y toda la tripulación del Theodore Roosevelt por el dolor que hayan causado mis declaraciones”.

La disculpa de Modly coincidió con la publicación en redes sociales de vídeos grabados por los marineros en los que toda la tripulación despide con una ovación desde la cubierta a Crozier mientras desciende a tierra. “Dijo lo que dijo y nadie lo va a olvidar”, dijo a Reuters un marinero sobre las declaraciones de Modly.

El secretario se reunió este martes con el jefe del Pentágono, Mark Esper, para ofrecer su dimisión. Esper informó a su vez al presidente, Donald Trump, que se refirió al asunto en su rueda de prensa diaria sobre la situación del coronavirus. “Todo el asunto ha sido muy desafortunado”, dijo Trump. “El capitán no tenía que haber escrito esa carta. No tenía que ser Ernest Hemingway. Cometió un error, pero tenía un mal día”. Trump dijo que Modly no tenía por qué haber dimitido, pero respetaba la decisión. Añadió que no conocía al ahora exjefe de la Marina.

Presidente Vizcarra, confirma 2,954 casos positivos y 109 pacientes en Cuidados intensivos al vigésimo tercer día del Estado de Emergencia.

Hoy  07 de abril se cumple el vigésimo tercer día de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus. Las últimas cifras brindadas por el Presidente Vizcarra indican que los casos de COVID - 19, desde que se anunciara el primer infectado. A la fecha se han procesado 21,555 muestras por coronavirus, dando como positivos 2,954 personas, así mismo se encuentran en Unidades de Cuidados intensivos, 109 pacientes.



Así mismo el MINSA comunicó que a la fecha son 107 personas fallecidas a nivel nacional a causa del COVID - 19; teniendo una tasa de letalidad de 3.62%.

lunes, 6 de abril de 2020

Presidente Vizcarra, confirma 2,561 casos al vigésimo día del Estado de Emergencia, así mismo 92 personas fallecidas.

Hoy  06 de abril se cumple el vigésimo segundo de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus. Las últimas cifras brindadas por el Presidente Vizcarra indican que los casos de COVID - 19, desde que se anunciara el primer infectado. A la fecha se han procesado 20,414 muestras por coronavirus, dando como positivos 2,561 personas, así mismo se encuentran en Unidades de Cuidados intensivos, 89 pacientes.

Así mismo comunico que a la fecha son 92 personas fallecidas a nivel nacional a causa del COVID - 19; teniendo una tasa de letalidad de 3.59%.
Fuente ESSALUD


domingo, 5 de abril de 2020

Como diferenciar los síntomas del Covid - 19, la Gripe y el resfriado.



La Red Ambiental Amazónica Andina, ha solicitado la colaboración de la BBC News Mundo, para compartir este vídeo con sus lectores y así poder diferenciar entre una gripe, resfriado y el Covid - 19.

Domingo de Ramos esperanza para Italia?

Italia ha recibido este domingo por primera vez en mucho tiempo buenas noticias. Los datos sobre la situación de la propagación del coronavirus se estabilizan y la curva muestra los primeros síntomas de descenso desde que empezó la crisis a finales de febrero. La cifra de fallecimientos por coronavirus es la más baja en las últimas tres semanas y cae hasta 525 nuevas víctimas (el sábado fueron 681). Los nuevos contagios pasan a ser 4.316, casi 500 menos de los que se registraron el día anterior (4.805). Un panorama que concede un respiro evidente a Italia, que suma un total de 128.948 infectados, y que empieza a pensar en la entrada en la fase dos de esta crisis, una transición que permita una convivencia controlada con el virus.
Uno de los datos mejor recibidos por el Gobierno este domingo ha sido el del descenso de pacientes ingresados en las UCI, que constituyen el mayor problema para el funcionamiento del sistema sanitario, al borde del colapso en varias regiones. Desde que comenzó la pandemia de coronavirus en Italia, solo había habido un día en el que había bajado ese dato: ayer sábado. Este domingo, por segunda jornada consecutiva, se ha reducido el número de personas en las unidades de cuidados intensivos. Este viernes eran 4.068; el sábado, 3.994; y este domingo se contabilizan 3.977, una bajada de 17 personas en 24 horas en estas unidades médicas, según los datos facilitados por las autoridades italianas. La cifra de pacientes en las UCI depende de los fallecimientos y recuperaciones que se producen —si se muere o se recupera mucha gente en un periodo de 24 horas se liberan plazas de cuidados intensivos— y de los nuevos contagiados.
El principal temor del Ejecutivo italiano es ahora mismo que el optimismo se transforme en imprudencia. Las imágenes de este fin de semana en algunas localidades del sur, donde miles de personas han salido a la calle como si no hubiera restricciones, han provocado enorme inquietud entre los expertos que pilotan esta crisis. Durante el fin de semana, de hecho, se ha multado a 9.000 personas. “Es importante que se mantengan comportamientos muy restrictivos y se respeten todas las disposiciones”, advirtió Angelo Borrelli, jefe de Protección Civil, encargado a diario de ofrecer las cifras de la evolución de la crisis sanitaria en Italia. “La curva ha comenzado a descender y la cantidad de muertes, a disminuir. Tendremos que empezar a pensar en la fase dos si se confirman estos datos”, añadió el presidente del Instituto Superior de Salud, Silvio Brusaferro.
Italia ha decretado la prolongación del confinamiento total y del cierre de la actividad productiva hasta el 13 de abril. En esa fecha podría permitirse empezar a funcionar a algunos sectores como la agricultura, apuntan en el Gobierno. Pero nadie espera que los ciudadanos puedan relajar sus hábitos de confinamiento hasta entrado mayo. Cuando eso suceda, habrá que convivir con el coronavirus hasta que haya una vacuna, según el ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, que aseguró ayer en una entrevista con La Repubblica que el Gobierno trabaja ya el esquema que aplicará cuando se levante el confinamiento total. “Aquí el verbo correcto es convivir, al menos hasta que tengamos la vacuna o una cura", reconoció.
La paradoja de esta crisis es que quienes podrán salir antes de casa e incorporarse a la vieja rutina laboral y social serán aquellos que contrajeron el virus y se han recuperado. Italia ultima ya la compra masiva de test para detectar los anticuerpos y clasificar a la población que durante unos meses será inmune a la Covid-19.

Nueva York, historia de dos pandemias

Las calles del Soho son como el decorado de una serie de televisión que ya ha terminado, tan bonitas y vacías, que parecen irreales. Wall Street, un sepulcro. A Nueva York no se la calla ni debajo del agua, ni de la nieve, ni siquiera azotada por un buen ciclón, porque siempre hay un loco que lo desafía, o un bar que sirve chupitos a su nombre; o porque el propio fenómeno retumba entre los edificios, reclamando su sitio. Es más fácil describir un ruido que el silencio, sobre todo en un lugar que le es tan ajeno. Quién imagina oír sus propios pasos a las cuatro de la tarde en Times Square; que le dé las buenas tardes otro peatón, como si se lo topase paseando por el monte, o por el pueblo. Cómo explicar que dé tanto miedo andar por el West Village por la noche, sin un solo local abierto, con los guapos y las guapas desaparecidos, los neones apagados y el sonido de la respiración a través de la mascarilla como única compañía. Quién piensa en Broadway sin teatro, en la Quinta Avenida sin compras, en Manhattan sin turistas.

La pandemia de coronavirus se está ensañando con Nueva York, epicentro de tantas cosas en Estados Unidos, y también de este virus atroz. El paciente cero de la ciudad se detectó el 1 de marzo y este viernes se superaban los 1.800 muertos y los 57.159 contagios confirmados, casi el doble que la semana pasada, uno de cada cuatro en todo el país. Las tragedias forman parte del ADN de la ciudad más poblada del país. La quemaron un par de veces durante la Revolución, la atacaron con dureza durante la Guerra Civil y fue la cuna de la Gran Depresión; también ha sido víctima del 11-S y de un buen número de desastres naturales. Pero esta ha atacado singularmente su identidad: el barullo, la multitud, los apretones, un estilo de vida callejero exótico para buena parte de los estadounidenses y un caldo de cultivo idóneo para los contagios.

Los datos de contagios por distrito, hechos públicos este miércoles por el Departamento de Salud de la ciudad, muestran cómo el virus está golpeando con más dureza a las zonas más humildes. Ese día había alrededor de 616 casos confirmados por cada 100.000 habitantes en Queens y 584 en el Bronx, frente a los 376 de Manhattan. Y dentro de Queens, hay un par de códigos postales malditos, el 11.368, que cubre un área llamada Corona —sí, se llama así—, y el 11.370, Elmhurst Este, con menor número absoluto, pero mayor incidencia (12 por cada 1.000). El ingreso medio se esos hogares se sitúan en los 48.000 dólares, frente a los 60.000 de media en el conjunto de la ciudad, según los datos del censo.

Varios factores pueden pesar en la diferente incidencia, como el número de pruebas que se realiza, aunque la doctora Jessica Justman, epidemióloga y especialista en enfermedades infecciosas del centro ICAP en Columbia, destaca el factor sociológico. “Tiene sentido que las zonas de clase trabajadora sufran más exposición el virus, sus puestos en servicios esenciales, comercios, etcétera, no han cerrado, como le ocurre también al personal sanitario, y se mueven más; también suelen compartir vivienda con más frecuencia”, apunta.
En esta zona cero de Queens se erige el hospital Elmhurst, el más castigado por la pandemia, el que el presidente Donald Trump citó el domingo para explicar su cambio de opinión y la necesidad de prolongar el confinamiento. “He visto cosas que no había visto nunca, hay cuerpos en bolsas en todas partes, en los pasillos, los meten en camiones frigoríficos porque no pueden gestionar tantos cadáveres. Y está pasando en Queens, en mi comunidad”, dijo desde la Casa Blanca.

Un imponente buque hospital del Ejército ha atracado en la ciudad, se han levantado otros provisionales en el recinto de ferias Javits, el complejo de tenis Billie Jean y hasta en Central Park. Y 45 morgues móviles. Pero faltan materiales. El martes, el gobernador del Estado, Andrew Cuomo, advirtió de que, al ritmo de nuevos pacientes hospitalizados, solo quedaban respiradores para seis días. Una de las imágenes más gráficas de esta crisis se vio la semana pasada, cuando Bill de Blasio, el alcalde de la ciudad imperial, con una ristra de centros punteros en investigación médica, fue a recoger en persona 250.000 mascarillas donadas a la sede de Naciones Unidas.

Desde el brote, los mercados financieros han vivido algunas de las peores jornadas desde la Gran Depresión, pero a diferencia de entonces, no hay noticia de suicidio de ningún banquero en Nueva York, aunque uno, Peg Broadbent, de 56, ha muerto de coronavirus; y otro, Peter Tuchman, toda una institución en la Bolsa, ha dado positivo. El parqué contrató su propio servicio médico para hacer pruebas a los brokers, pero acabó cerrando el edificio el 23 de marzo y vació el barrio.

En algunas partes, parece como si la ciudad se hubiese cerrado para que la pudiesen visitar en exclusiva en pequeños grupos. Es lo que ocurre este miércoles por la tarde en Bryant Park, el delicioso parque ubicado entre Times Square y la Biblioteca Pública de Nueva York, donde solo indigentes se sientan en sus mesas. Rodeados de ellos, dos chicos esbeltos sobresalen de la escena jugando a ping pong en manga corta, como si fueran aquellos niños tirándose almohadas al final de la película Cero en conducta, en rebelión inconsciente contra la autoridad.

Al atardecer, cuando acaban las jornadas de teletrabajo, explota la vida por distintos puntos de la ciudad, brotes de dolce vita incluso. Como el río de gente que hace deporte al inicio del puente de Brooklyn, el tráfico en el sur de la isla o los corredores y paseantes de perros y de niños junto al hospital de campaña que se ha abierto en Central Park, enfrente del famoso centro Monte Sinaí, en el Upper East Side, uno de los pedazos más selectos de Manhattan. David Allen, un fotógrafo retirado que vive con su esposa periodista en el barrio, sale varias veces al día con Marley, un pastor alemán de cuatro años. “No llevo máscara ni guantes, pero tengo cuidado, no toco nada ni a nadie, intento no contagiarme, si eso ocurre, espero curarme, si no, es que el destino lo quiere así, he tenido una buena vida”, explica.

El virus no distingue entre clases sociales, pero todo lo que ocurre antes y después de él, sí. Y pocos sitios como Nueva York encarnan con tanta fiereza el relato dickensiano de las dos ciudades. La prensa local ha publicado estos días que muchos sin techo pasan las jornadas de confinamiento viajando sin rumbo en el metro, pero el presidente de la Autoridad del Transporte Metropolitano, Pat Foye, ha aclarado que no hay más que antes, simplemente los vagones van más vacíos y se les ve más