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martes, 28 de julio de 2020
lunes, 27 de julio de 2020
Situación del COVID - 19 en el Perú al día 27 de Julio
Hoy lunes 27 de julio se cumplen 134 días desde que el presidente de la República, Martín Vizcarra, decretó el estado de emergencia en el país para combatir la propagación del coronavirus. En el que también se han focalizado y son acatados por siete regiones y grupos de personas en riesgo de contagio, a la fecha la situación es la siguiente:
- Muestras totales: 2,250,256- Casos positivos: 389,717- Internados hospitalizados: 13,450- Pacientes en UCI: 1,424- Fallecidos: 18,418- Positividad: 17.32 %- Letalidad: 4,73 %
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Situación actual de la vigilancia epidemiológica (Ingresar al vínculo)
domingo, 26 de julio de 2020
Situación del COVID - 19 en el Perú al día 26 de Julio
Hoy domingo 26 de julio se cumplen 133 días desde que el presidente de la República, Martín Vizcarra, decretó el estado de emergencia en el país para combatir la propagación del coronavirus. En el que también se han focalizado y son acatados por siete regiones y grupos de personas en riesgo de contagio, a la fecha la situación es la siguiente:
- Muestras totales: 2,230,247- Casos positivos: 384,797- Internados hospitalizados: 13,304- Pacientes con alta médica: - Pacientes en UCI: 1,424- Fallecidos: 18,229- Positividad: 17.25 %- Letalidad: 4,74 %
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Situación actual de la vigilancia epidemiológica (Ingresar al vínculo)
sábado, 25 de julio de 2020
Situación del COVID - 19 en el Perú al día 25 de Julio
Hoy sábado 25 de julio se cumplen 132 días desde que el presidente de la República, Martín Vizcarra, decretó el estado de emergencia en el país para combatir la propagación del coronavirus. En el que también se han focalizado y son acatados por siete regiones y grupos de personas en riesgo de contagio, a la fecha la situación es la siguiente:
- Muestras totales: 2,206,105- Casos positivos: 379,884 - Internados hospitalizados: 13,043- Pacientes con alta médica: - Pacientes en UCI: - Fallecidos: 18,030- Positividad: 17.219 - Letalidad: 4,74 %NOTA: El Ministerio de Salud informa a la ciudadanía que, por motivos técnicos, la Sala Situacional #COVID 19 no se actualizará hoy.
Semáforo Epidemiológico (Ingresar al vínculo adjunto)
¿Quién recibirá las primeras vacunas contra la covid?
No habrá vacuna contra la covid-19 para
todos desde el principio y el proceso puede alargarse durante varios años.
Rafael Vilasanjuan, director de Análisis y Desarrollo del Instituto de
Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y miembro del consejo de dirección
de Gavi (la
alianza global para la vacunación), explica que, por ahora, la capacidad de
producción mundial es de 2.000 millones de dosis por año. La población mundial
llega a 7.500 millones de personas en “igualdad de riesgo”, según el experto,
aunque algunos países se vean más afectados por su situación económica y su
logística gubernamental. En el mejor de los casos, podremos tener 250 millones
de dosis de vacunas por mes si se aumenta la fabricación.
Una vez que se disponga de vacuna, cada país
recibirá el 20% de dosis correspondiente a su población, si se ciñe a la iniciativa
internacional Covax facility (sistema Covax), que busca
facilitar el acceso mundial a las dosis, antes del mes de agosto. El país tiene
que pagar por adelantado ese 20% y así promueve la producción en función de sus
recursos y se asegura su cantidad de dosis. El objetivo principal: que sea lo
más equitativo posible.
Una vez que estén las primeras dosis disponibles,
la cuestión inmediata es: ¿quiénes deben ser los primeros en recibirlas? Los
expertos tienen dudas todavía, pero parecen estar de acuerdo en que el primer
eslabón de la cadena es el personal sanitario. “Es como en la logística
militar. Hay que asegurarse que nuestra primera línea de ataque está protegida
y así podrán atender a los enfermos”, compara Vilasanjuan. Las discrepancias
surgen en la segunda etapa: los colectivos de riesgo. Algunos creen que lo
mejor es vacunar a las personas mayores de 60 años o con patologías previas,
como diabetes o problemas de corazón. Otros apuestan por los niños, ya que, en
especial si vuelven a los colegios, su inmunización evitaría el contagio de sus
mayores.
“Todo dependerá de la vacuna que esté disponible.
Quizás unas tengan mayor impacto en una población que no sea las personas de
tercera edad o generen diferentes tipos de inmunidad. Ahí, las estrategias
divergen”, subraya el especialista.
Otro colectivo prioritario es el formado por los
empleados que no pueden hacer su labor desde casa y prestan servicios
esenciales, como los trabajadores de supermercados, agricultura, farmacias y
otras entidades implicadas en bienes de primera necesidad.
También habrá que establecer la estrategia de
vacunación en función de las regiones más afectadas y según su densidad de
población, falta de recursos y dificultades logísticas. Vilasanjuan señala como
ejemplos Brasil y Estados Unidos. Si se actúa a partir de una visión global,
tiene sentido centrarse en aquellos lugares donde la epidemia tiene más
incidencia, ya que esto frenará la tasa de contagio a nivel mundial. El experto
de Gavi advierte de que es importante tener una reserva de dosis para casos de
emergencia.
Elisa Sicuri, investigadora del ISGlobal
(centro impulsado por La Caixa) y de la Escuela de Salud Pública del
Imperial College de Londres, respalda los argumentos de Villasanjuan y asegura
que no tiene ningún sentido que un país tome muchas medidas preventivas y otro,
muy pocas. “El virus pasará la frontera”, explica antes de comparar la covid-19
con la malaria. “En todas las enfermedades infecciosas, tomar una decisión
colectiva es siempre mejor, si no, va a ser muy complicado salir de esta”,
añade. Pero cada país tiene sus propios factores de riesgo y sistemas de salud
diferentes, por lo que establecer un protocolo común es complicado.
Para España, uno de los países más afectados del
mundo, se necesitarían 47 millones de dosis. Sin embargo, vacunar a toda la
población de una sola nación no elimina la pandemia en otros países. Eso
significa que habrá que seguir con controles sanitarios de las fronteras porque
no se habrá generado la inmunidad global.
Efectividad y dosis
Lo que han demostrado las pruebas realizadas es que
los prototipos de vacunas desarrolladas son seguros. Las que están en fase
clínica III no tienen efectos secundarios graves. Pero las incertidumbres
siguen siendo muy grandes. La vacuna de Oxford, una de las más avanzadas,
fue probada con personas de entre 18 y 55 años y todavía no se han medido
ni su efectividad ni su impacto en poblaciones fuera de ese rango. “Falta
tiempo y se tiene que acortar la franja de edad”, explica Vilasanjuan.
Otro aspecto muy importante es que la efectividad
no será del 100%. Marie Elena Bottazzi, codirectora del Centro de Desarrollo de
Vacunas de la Universidad Baylor (Estados Unidos),
explica que para que una vacuna funcione y se pueda prescindir de las
estrategias de distanciamiento y protección es necesario que sea 70% o 80%
eficaz, según uno de sus estudios publicado en American Journal of
Preventive Medecine. “Cuanto más se avance en el tiempo, mayor
información tendremos. Cuando se incremente el número de personas que use la
vacuna, se verá si hay mejoras en la efectividad y si hay otros problemas que
no se lograron detectar durante las fases clínicas. Tendremos que equilibrar
todo de nuevo”, explica.
No hay que pensar que
cuando llegue la vacuna se regresará a la vida normal porque no va a ser el
caso. “Nos podremos seguir infectando”, advierte Bottazzi
Las dosis son otro parámetro que influye en la toma
de decisiones y la distribución. No es lo mismo necesitar una sola, como
requiere el diseño de Oxford, que dos, como el prototipo de Moderna. “Es
probable que se necesite más de una dosis. La primera se inyectará y luego
tendremos que esperar unas dos semanas, quizás un mes, en función del tipo de
vacuna”, relata Bottazzi. La comunidad científica no tiene claro todavía ni la
capacidad final de generación de anticuerpos ni cuántas inyecciones se
necesitarán hasta que no terminen los estudios de fase III. Por eso, es
necesario pensar en diferentes escenarios, ya que, según Bottazzi, lo
importante es empezar la conversación ahora y no esperar a que llegue para
pensar cómo se va a distribuir. “Los países que no se preparen con antelación a
la llegada de la vacuna y a las cuestiones de logística cometerán un grave
error”, remata.
“Todo lo que tiene que ver con la covid-19 es un
aprendizaje”, advierte Sicuri. Algunos países ya han comenzado. El Reino
Unido ha establecido un marco provisional y ha diseñado un listado de
prioridades de vacunación que va en línea con lo que comentan los expertos
consultados: personal sanitario para conseguir una protección a nivel
comunitario y, luego, personas con circunstancias que las hagan más
vulnerables. “Proponen identificar esos factores de riesgo en función de la
edad. También tienen en cuenta el sexo [los hombres son más susceptibles ante
el coronavirus que las mujeres], la pobreza y la falta de recursos como
potenciales razones para priorizar unos colectivos frente a otros”, explica
Sicuri.
“En definitiva, no hay que pensar que cuando llegue
la vacuna se regresará a la vida normal”, dice Bottazzi. Se tendrán que
mantener las medidas de seguridad, el distanciamiento social, el rastreo, el
control y el uso de la mascarilla. “Nos podremos seguir infectando”,
advierte la codirectora del Centro de Desarrollo de Vacunas de la Universidad
Baylor.
viernes, 24 de julio de 2020
Situación del COVID - 19 en el Perú al día 24 de Julio
Hoy viernes 24 de julio se cumplen 131 días desde que el presidente de la República, Martín Vizcarra, decretó el estado de emergencia en el país para combatir la propagación del coronavirus. En el que también se han focalizado y son acatados por siete regiones y grupos de personas en riesgo de contagio, a la fecha la situación es la siguiente:
- Muestras totales: 2,183,763- Casos positivos: 375,961 (PCR 101,936 (+), 274,025 Rápida(+))- Internados hospitalizados: 12,920- Pacientes con alta médica: 13,266- Pacientes en UCI: 1,389- Fallecidos: 17,843- Positividad: 17.22 %- Letalidad: 4,75 %
Semáforo Epidemiológico (Ingresar al vínculo adjunto)
Un control de la realidad de la vacuna
Hay tanta esperanza en un gran avance, pero una vacuna es solo el principio del fin
En los primeros cinco meses de la pandemia, todas las esperanzas de
extinguir COVID-19 se basan en una vacuna aún hipotética. Y así, un
estribillo se ha dado cuenta: es posible que tengamos que quedarnos en casa,
hasta que tengamos una vacuna. Cerrar escuelas, hasta que tengamos una
vacuna. Use máscaras, pero solo hasta que tengamos una vacuna. Durante
estos meses de miseria, este mantra ha ofrecido un pequeño rayo de esperanza. La
vida normal está del otro lado, y solo tenemos que esperar hasta que tengamos
una vacuna.
Alimentando estas
esperanzas están las proyecciones extremadamente optimistas de una vacuna
de la administración Trump a principios de octubre, así como la
cobertura de los ensayos de vacunas de los medios. Cada semana trae
noticias de " éxito temprano ", " resultados
iniciales prometedores " y existencias en aumento debido al " optimismo
de la vacuna ". Pero es poco probable que una vacuna COVID-19
cumpla con todas estas altas expectativas. La vacuna probablemente no hará
que la enfermedad desaparezca. Ciertamente no volverá la vida a la
normalidad de inmediato.
Biológicamente, es poco probable que una vacuna contra el virus
COVID-19 ofrezca protección completa. Logísticamente, los fabricantes
tendrán que hacer cientos de millones de dosis mientras confían, tal vez, en
tecnología nunca antes utilizada en vacunas y compiten por suministros básicos
como viales de vidrio. Luego, el gobierno federal tendrá que asignar
dosis, tal vez a través de un mosaico de departamentos de salud estatales y
locales sin infraestructura existente para vacunar a adultos a escala. Los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que han liderado los
esfuerzos de distribución de vacunas en el pasado, han estado notablemente
ausentes en las discusiones hasta ahora, una señal preocupante de que las
fallas de liderazgo que han caracterizado la pandemia estadounidense también
podrían obstaculizar este proceso. Para complicarlo todo, el 20 por
ciento de los estadounidenses Ya dicen que se negarán a recibir la vacuna
COVID-19, y con otro 31 por ciento de inseguridad, alcanzar la inmunidad
colectiva podría ser mucho más difícil.
La
buena noticia, porque vale la pena decirlo, es que los expertos creen que habrá
una vacuna COVID-19. El virus que causa COVID-19 no parece ser un caso
atípico como el VIH. Los científicos han pasado del descubrimiento del
virus a más de 165 vacunas candidatas en un tiempo récord, con 27 vacunas
ya en ensayos en humanos. Los ensayos en humanos consisten en al menos
tres fases: Fase 1 para seguridad, Fase 2 para eficacia y dosificación, y Fase
3 para eficacia en un gran grupo de decenas de miles de personas. Al menos
seis vacunas COVID-19 están o están por ingresar a los ensayos de Fase 3, lo
que tomará varios meses más.
Llevamos casi
cinco meses en la pandemia y probablemente otros cinco de una vacuna
segura y efectiva, suponiendo que los ensayos clínicos funcionen perfectamente. "Incluso
cuando se introduce una vacuna", dice Jesse Goodman, el ex jefe científico
de la Administración de Drogas y Alimentos, "creo que tendremos varios
meses de infección significativa o al menos riesgo de infección".
Todo esto
significa que es posible que tengamos que soportar más meses bajo la amenaza
del coronavirus de lo que ya hemos sobrevivido. Sin las medidas que han
vencido al virus en gran parte de Europa y Asia, continuará habiendo más
brotes, más cierres de escuelas, más soledad, más muertes por delante. Una
vacuna, cuando esté disponible, solo marcará el comienzo de una bajada larga y
lenta. Y cuánto tiempo tomará esa disminución dependerá de la eficacia de
una vacuna, el éxito en la entrega de cientos de millones de dosis y la
disposición de las personas para obtenerla. Es horrible contemplar el
sufrimiento aún por delante. Es más fácil pensar en la promesa de una
vacuna.
"Hay muchas
esperanzas en estas vacunas", dice Kanta Subbarao , directora
del centro colaborador de gripe de la Organización Mundial de la Salud en
Melbourne, que también ha trabajado en otras vacunas contra el coronavirus. "Nadie
quiere escuchar que no está a la vuelta de la esquina".
Las acinas V son,
en esencia, una forma de activar el sistema inmune sin enfermedad. Se pueden
hacer con virus debilitados, virus inactivados, las proteínas de un virus, una
proteína viral injertada en un virus inocuo, o incluso solo el ARNm que
codifica una proteína viral. Exponerse a una vacuna es un poco como haber
sobrevivido a la enfermedad una vez, sin los inconvenientes. Aún se
desconoce mucho sobre la respuesta inmune a largo plazo al COVID-19, pero, como
ha explicado mi colega Derek Thompson, hay buenas razones para creer que el
COVID-19 protegerá de alguna manera contra futuras infecciones.