domingo, 7 de junio de 2020

China y la OMS

La organización de Naciones Unidas peleó duro por los datos mientras elogiaba en público al gigante asiático.

Donald Trump la ha tomado con la OMS (Organización Mundial de la Salud, un organismo de la ONU), seguramente como parte de su política de enfrentamiento comercial con China, que ya venía de atrás, con episodios tan esperpénticos como sacar esposado del campus al jefe de química de Harvard, sospechoso de colaborar con el gigante asiático. Trump acusa a la OMS de connivencia con Pekín en la gestión de la pandemia y ha cortado la financiación a la autoridad sanitaria de Naciones Unidas. Los hechos cuentan una historia diferente, por más que eso le importe un pepino al inquilino de la Casa Blanca y a sus votantes.

Una investigación de la agencia estadounidense Associated Press documenta que, ya en la segunda semana de enero, el jefe de emergencias de la OMS, el epidemiólogo irlandés Michael Ryan, recomendó a sus colegas aumentar la presión sobre China. Como Ryan lleva 20 años en ese cargo, experimentó en persona la crisis del SARS de 2002, que acabó causando 800 muertos en el mundo. “Este es exactamente el mismo escenario”, dijo en enero en una reunión interna, “intentando una vez tras otra que China nos actualice lo que está pasando”. También dijo: “Necesitamos ver los datos, es absolutamente esencial en este momento”. La experiencia es un grado, y Ryan no solo tenía razón, sino que se quedó corto.

El retraso de nueve días en la publicación del genoma del coronavirus entorpeció la percepción del contagio dentro y fuera de China y retrasó el desarrollo de las pruebas diagnósticas y los ensayos de fármacos

El primer genoma del SARS-CoV-2 fue secuenciado el 2 de enero por un laboratorio gubernamental chino, pero no fue notificado —ni a la OMS ni a la comunidad científica— hasta nueve días después. Parece una minucia, pero en las primeras fases de una pandemia nueve días son demasiado tiempo. Solo durante enero, el brote de covid-19 se multiplicó por 200, según los CDC de Atlanta (los centros de control de epidemias de Estados Unidos, una referencia mundial). El retraso de nueve días en la publicación del genoma del coronavirus entorpeció la percepción del contagio dentro y fuera de China y retrasó el desarrollo de las pruebas diagnósticas y los ensayos de fármacos. Solo durante nueve días, pero durante nada menos que nueve días. Pekín también estuvo espeso en comunicar los datos detallados de pacientes.

Pero la OMS, pese a sus declaraciones públicas elogiosas con China, no podía estar más lejos de la connivencia con China en ese periodo crítico. Ryan y los demás cargos del organismo de la ONU pelearon duro entre bambalinas mientras su jefe, el doctor Tedros Adhanom, intentaba apaciguar los ataques contra Pekín. Una queja contundente, explícita y en abierto habría causado un mal mayor del que pretendía evitar. China habría pasado de retrasarse con la información a no facilitarla en absoluto. Eso habría sido una catástrofe. El gran problema no ha sido la connivencia de la OMS con China, sino la escasa autoridad de que la hemos dotado los países miembros. Frente al desvarío exterminador de Trump, necesitamos más OMS, no menos

sábado, 6 de junio de 2020

El Ministerio de Salud informa al día 06 de Junio, la situación de afectados debido al efecto del COVID - 19

De acuerdo al informe presentado por el Ministerio de Salud, hoy 06 de Junio se cumple el 
octogésimo primer 
día de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus; la estadística desde que se anunciara el primer caso de COVID -19, a la fecha es la siguiente:
- Muestras totales: 1,173,003
- Casos positivos: 191,758 (44,018 PCR (+), 147,740 Ràpida (+))
Internados en hospitales: 9,500
- Pacientes con alta mèdica: 5,449
- Pacientes en UCI: 1062
Fallecidos: 5,301
- Letalidad: 2.76%


viernes, 5 de junio de 2020

El Ministerio de Salud informa al día 05 de Junio, la situación de afectados debido al efecto del COVID - 19

De acuerdo al informe presentado por el Ministerio de Salud, hoy 05 de Junio se cumple el octogèsimo
 
día de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus; la estadística desde que se anunciara el primer caso de COVID -19, a la fecha es la siguiente:
- Muestras totales: 1,154,468
- Casos positivos: 187,400 (42,406 PCR (+), 144,994 Ràpida (+))
Internados en hospitales: 9,198
- Pacientes con alta mèdica: 5,357
- Pacientes en UCI: 1041
Fallecidos: 5,162
- Letalidad: 2.75%


jueves, 4 de junio de 2020

El Ministerio de Salud informa al día 04 de Junio, la situación de afectados debido al efecto del COVID - 19

De acuerdo al informe presentado por el Ministerio de Salud, hoy 04 de Junio se cumple el septuagésimo
 noveno 
día de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus; la estadística desde que se anunciara el primer caso de COVID -19, a la fecha es la siguiente:
- Muestras totales: 1,135,831
- Casos positivos: 183,198 (41,820 PCR (+), 141,378 Ràpida (+))
Internados en hospitales: 9,063
- Pacientes con alta mèdica: 5,293
- Pacientes en UCI: 1005
Fallecidos: 5,031
- Letalidad: 2.75%

miércoles, 3 de junio de 2020

El Ministerio de Salud informa al día 03 de Junio, la situación de afectados debido al efecto del COVID - 19

De acuerdo al informe presentado por el Ministerio de Salud, hoy 03 de Junio se cumple el septuagésimo
 octavo 
día de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus; la estadística desde que se anunciara el primer caso de COVID -19, a la fecha es la siguiente:
- Muestras totales: 1,115,615
- Casos positivos: 178,914 (40,601 PCR (+), 138,313 Ràpida (+))
Internados en hospitales: 10,101
- Pacientes con alta mèdica: 5,234
- Pacientes en UCI: 998
Fallecidos: 4,894
- Letalidad: 2.74%
     


martes, 2 de junio de 2020

El Ministerio de Salud informa al día 02 de Junio, la situación de afectados debido al efecto del COVID - 19

De acuerdo al informe presentado por el Ministerio de Salud, hoy 02 de Junio se cumple el septuagésimo
 séptimo 
día de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus; la estadística desde que se anunciara el primer caso de COVID -19, a la fecha es la siguiente:
- Muestras totales: 1,092,646
- Casos positivos: 174,884 
Internados en hospitales: 8,930
Fallecidos: 4,767
Tasa de Letalidad: 2.72%    

A nuestros seguidores recièn podemos enviarles algunos datos,  en vista que el MINSA no ha presentado toda la informaciòn.

¿Cómo pueden las mascarillas afectar al aprendizaje en los niños y qué medidas podemos tomar?

En el tejido laberíntico de las conexiones que ocurren dentro de tu cerebro hay unas neuronas a las que se conoce como “células de la empatía”.

Son las neuronas espejo. Gracias a ellas lloras cuando ves una película que te emociona, bostezas si lo hace tu interlocutor o se te contagia la risa de un amigo.

Esas neuronas, que fueron descubiertas casi por casualidad hace apenas 25 años, no solo son responsables de tu empatía, sino también de la interacción social con las personas y con el mundo que te rodea.

Y son especialmente importantes cuando eres niño, porque es entonces cuando desarrollas – a partir de los 6 meses o al año de edad – la referencia social, o tu capacidad utilizar y reconocer expresiones emocionales.

“La referencia social se refiere a la búsqueda, a la intención de la comunicación con el otro, y sucede gracias a esas neuronas espejo, por las que imitamos acciones de manera inconsciente. Es ahí donde está la raíz de la empatía”, le cuenta a BBC Mundo la psicopedagoga y especialista en neuropsicología infanto-juvenil Teresa Gutiérrez, quien trabaja como profesora de educación infantil y primaria en un colegio en Madrid, España.

Precisamente en España se anunció recientemente que la vuelta al cole será con mascarillas, una medida que ya tomó China antes y que podría aplicarse en muchos otros países.

¿Cómo afectará a la referencia social y a otros aspectos del aprendizaje en los niños el hecho de que tengamos (y tengan) que usar mascarillas? ¿Y qué podemos hacer al respecto?

Cuestión de edades

“Afecta a la interacción social y sobre todo a la parte emocional”, responde Gutiérrez. “Y no solo las mascarillas, sino también otras medidas higiénicas, como la distancia social”.

“Eso provoca un bloqueo emocional con los demás porque la comunicación no se da de una forma natural, sobre todo en lugares en donde el contacto físico diario es tan importante, como ocurre en España o en muchos países de Latinoamérica. Se crea un rechazo social y sentimientos negativos de miedo, de angustia, de fobia”.

“Todavía no hemos podido apreciar cómo será en las aulas, pero sin duda va afectar porque los niños no van a poder visualizar nuestra boca, que es fundamental para expresar lo que queremos transmitir”, añade la psicoterapeuta.

A la psicóloga e investigadora Ángela Ulloa Solís, con 20 años de experiencia en infanto-juvenil, que trabaja en la Unidad de Adolescentes del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, también le preocupa esta cuestión.

“Es un tema bastante nuevo que deja en el aire más preguntas que respuestas”, le cuenta a BBC Mundo en entrevista telefónica. “En muchos colegios todavía no se sabe qué medidas se van a adoptar o el impacto que va a tener, pero es interesante tener algunas alarmas en mente para prevenir”.

Ulloa destaca dos parámetros importantes: la edad y las condiciones psicológicas previas.

Respecto a lo primero, “las edades tempranas y la adolescencia son puntos a observar muy de cerca”, dice la especialista.

Los niños más pequeños son más susceptibles a los efectos de la mascarilla.

“Las etapas son clave porque hasta el final de la educación infantil se sigue configurando la referencia social como vehículo para que el niño aprenda a relacionarse con el medio y con los compañeros, y en la adolescencia también es un punto importante”, explica Ulloa.

“Si el niño ha adquirido bien la referencia social podrá adaptarse mejor a los cambios”, añade la psicóloga. “Tenemos que estar muy atentos a cuál es el desarrollo normal y, según qué etapa, reforzar las herramientas que tenemos para compensar lo que nos vamos a perder con la mascarilla”.

En cuanto a las condiciones psicológicas, ella dice que, por ejemplo con niños autistas, el impacto será mayor.

“Todo esto ya se está discutiendo y poniendo en común entre expertos de distintas partes del mundo”, señala Ulloa.

“Uno de los temas es si usar pantallas para que los niños puedan ver los gestos que hace el profesional, pero el reto es lograr un equilibrio para no poner en riesgo la salud física sin perjudicar la salud mental. Por eso creo que la terapia online va a ocupar un lugar muy preponderante”.

Guzmán Pisón del Real, logopeda, orientador, escolar y profesor de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), cree que “vamos a necesitar un periodo de adaptación para que tanto alumnos como profesores se acostumbren al uso de la mascarilla; adaptarnos a un nuevo estilo de vida, al menos por ahora”.

Él cree que el que un maestro lleve mascarilla podría tener “ciertos efectos en el aprendizaje del alumno”, y está de acuerdo con Ulloa en que afectará en mayor o menor medida dependiendo de la edad del niño, “especialmente en los niños más pequeños que requieren un modelado vocal (para enseñar a pronunciar los sonidos del lenguaje) o que necesitan más tiempo de expresión facial”.

“No hay que ser tremendista, pero en algunos niños sí podría tener ciertas repercusiones”, agrega el logopeda.

3 tipos de cambios

¿Qué podemos hacer para minimizar el impacto?

“Cuando tenemos que usar una mascarilla ,perdemos muchas habilidades en el mecanismo del habla”, dice el logopeda. “Tenemos que hablar más alto y repetir más veces el mensaje oral y eso se puede trasladar al aula”.

En cuanto a lo organizativo, él dice que se trata de una serie de pautas a seguir por los profesores. Por ejemplo, colocar al alumnado en forma de “u” para que el profesor tenga una posición central y que todos los niños puedan acceder a un mensaje más visual, o fomentar rutinas en la clase, sobre todo en educación infantil.

“Esas rutinas son vitales para reducir la ansiedad y el impacto emocional, no solo en los alumnos sino también en los profesores”.

Jugar con mascarillas

Ulloa aconseja interactuar con los niños a través de juegos usando las mascarillas, “por ejemplo, ayudándoles a leer lo que dicen los ojos o jugando a adivinar expresiones”.

“Si los cuidadores, sea en el colegio en casa, consiguen mantener más calma, serenidad e incluso usar el humor y el juego para que el niño pueda introducir en su día a día algo tan ajeno como es una mascarilla, el niño lo percibirá de una manera no amenazante, lo cual es clave para la influencia que pueda tener en su desarrollo”.

“El hecho de hacérselo ver como un juego es para ayudarle a tener más control sobre algo que es nuevo”, dice la psicóloga.

Pisón del Real tiene una opinión similar: “Evidentemente, los niños (y muchos adultos) asocian las mascarillas a riesgo, a situación anómala, a preocupación. Creo que es importante lanzar a los niños un mensaje de esperanza en esa normalización de algo anormal”.

“Nosotros como adultos tenemos que enseñarles a gestionar esas emociones. Van a necesitar más apoyo, empatía, consuelo y respuestas a las incógnitas que tienen. Es necesario de que, de alguna forma, tengan el mensaje de seguridad y protección”.

“Tenemos que tener en cuenta que las mascarillas van a ser un elemento importante de protección en nuestras vidas, pero también que van a ser algo pasajero y temporal”, dice el especialista.

Por otra parte, Ulloa plantea que habrá que responder a las preguntas de cuántas horas en el colegio tendrá que llevar el niño la mascarilla o si se la podrá quitar dependiendo de la edad.

“Todo eso sería fundamental para hacer planes en los colegios para que esa carencia se compense”.

“Yo creo que habrá distintas etapas a lo largo del año, unas más relajadas, tal vez en verano, y otras más estrictas”, vaticina.

Plasticidad cerebral

Los tres especialistas consultados por BBC Mundo coinciden en que la plasticidad cerebral de los niños puede ayudar a que el cambio no sea tan problemático.

“Todos los que trabajamos con niños sabemos perfectamente que se adaptan de forma rápida por su plasticidad cerebral”, dice Gutiérrez.

“Para mí, eso es lo más esperanzador”, dice Ulloa. “El cerebro es muy plástico. Está compuesto por circuitos neuronales, y cuanto más usas unos circuitos, más se van reforzando. Pero también podemos generar circuitos alternativos y ejercitarlos”.

Eso se puede aplicar al uso de las mascarillas: “Si fuera tan limitante su uso como para que tuviéramos que ejercitar mucho más el fijarnos en la información que no está tapada por la mascarilla (como la mirada), acabaríamos siendo expertos en leer esa información”.

De esa manera, las mascarillas incluso podrían permitirnos desarrollar, literalmente, una “mirada” más empática.

Pisón del Real tiene claro que lograremos encontrarla: “El tú y el yo ya se ha convertido en un nosotros porque cada uno estamos aportando nuestro granito de arena”, dice con optimismo.

Cuando piensa en la vuelta a las aulas, Gutiérrez habla de la empatía.

“Lo primero será preguntarles a los niños cómo están y cómo se sienten, y acompañarles emocionalmente. Que se sientan queridos, que sientan que estamos ahí y que somos cercanos, aunque parezcamos distantes. Eso es lo más importante”.