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miércoles, 13 de mayo de 2020
martes, 12 de mayo de 2020
El misterio de la baja letalidad del coronavirus en Rusia
Los pocos días que
estuvo en planta en el Hospital de Infecciosos Número 2 de Moscú, Valentina
Zúbareva, siguió impartiendo sus clases de Gestión Financiera por Internet. El
16 de marzo, tres días después de su ingreso, la mujer, de 79 años, fue
trasladada a cuidados intensivos. El 19, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin,
anunció que esta profesora de la Universidad de Petróleo y Gas era la primera
persona fallecida por coronavirus de Rusia. Un par de horas
después, el operativo de control del virus de la región salió al paso para
recalcar que la covid-19 no fue la causa de la muerte de Zúbareva, que tenía
diabetes y una cardiopatía, sino un trombo. Y el alcalde se desdijo.
Con 232.243 infectados
de coronavirus confirmados, el segundo número más alto de casos en el
mundo, justo por delante de España, según el recuento de la Universidad Johns
Hopkins, Rusia tiene una de las tasas de letalidad más bajas: 0,91%. En todo el
país, con 145 millones de habitantes, han fallecido 2.116 personas. Las
autoridades aseguran que el temprano cierre de las fronteras y la cuarentena
obligatoria a todo el que llegaba de fuera, ya desde principios de marzo, ha
jugado un papel determinante para luchar contra la gravedad del virus. Sin
embargo, los casos se siguen incrementando de forma rápida
—unos 11.000 nuevos al día, al mismo ritmo que aumentan los expertos y activistas
que cuestionan las cifras oficiales de mortalidad.
El caso de
Zúbareva puede arrojar algo de luz sobre los datos. El protocolo del Ministerio
de Sanidad ruso —que registra los fallecidos que le transmiten las regiones—
marca que al formular un diagnóstico patológico se debe diferenciar entre la
muerte por la covid-19 “cuando esta sea la enfermedad principal (la causa original
de la muerte)” y el fallecimiento por otras enfermedades cuando la covid-19
esté presente (y diagnosticada con métodos analíticos), pero “sin morfología
clínica, que podría causar la muerte”. Una línea de actuación que también
mantienen otros países. Sanidad eludió aclarar a este diario, sin embargo, cómo
se computan las muertes, así como los datos por grupos de edad y género, pese a
las constantes peticiones oficiales.
Mientras tanto, la
información parcial ya publicada está contribuyendo a agrietar aún más la
solidez de los datos oficiales. Solo en el mes de abril, Moscú ha registrado
1.700 muertes más que el promedio del mismo mes en los últimos cinco años,
según su registro civil. El mes pasado, los muertos recogidos en las
estadísticas de coronavirus en Moscú fueron 642. En la segunda
mayor ciudad de Rusia, San Petersburgo, se emitieron 5.303 actas de defunción,
lo que representa 232 muertes más que el promedio histórico de los cinco años
anteriores, pero oficialmente solo 29 personas han fallecido por coronavirus.
Además, la
mortalidad de al menos ocho regiones rusas se incrementó un 10% en marzo con respecto
al mismo periodo de 2019, pese a que los expertos señalan que el parón
de actividad por el confinamiento puede haber reducido también
accidentes de tráfico e industriales. En las provincias de Sverdlovsk se han
contabilizado 5.111 muertos por todas las causas, en Lípetsk 1.465, en Kemérovo
3.294, en Leningrado 2.065, en Oriol 939, en Janty Mansiysk 911, en Zabaikalie
1.245 y en Ulyánovsk 1.497, lo que supone el número de fallecidos más alto de
los últimos cinco años, según las cifras de la agencia estatal de estadísticas
(Rosstat). Sin embargo, ninguna de estas regiones supera los 10 fallecidos
oficiales por coronavirus, a fecha actual. La propia Sverdlovsk, una de las
zonas con más infectados de todo el país, solo registra 10 muertes por el
virus. Aunque también hay regiones, como Kaliningrado o Volgogrado, en la que
los muertos generales han decrecido entre un 9% y un 7%.
Sanitarios sin indemnización
En marzo, cuando
las cifras oficiales ya empezaban a mostrar una gran presión asistencial, la
enfermera infantil Yelena Nikonórova fue destinada al hospital central de
Belebéi, en la región de Baskortostán, en los Urales. Allí empezó a trabajar en
la zona roja de tratamiento del coronavirus. El 3 de abril fue hospitalizada
por primera vez por la covid-19. Murió el 27. Tenía 56 años. En su partida de
defunción consta que Nikonórova falleció por neumonía y que padecía covid-19.
Sin embargo, las autoridades regionales anunciaron que su muerte no tenía que
ver con el coronavirus, sino que estaba relacionada con la diabetes que sufría.
“La enterraron en un féretro cerrado, sin que sus parientes pudiéramos darle el
último adiós”, se lamenta por teléfono su hermana, Nadezhda Fominá.
Un decreto
presidencial marca que las familias del personal sanitario fallecido por la
covid-19 deben recibir 2,7 millones de rublos (algo menos de 34.000 euros) como
indemnización. Pero Nikonórova no está en las estadísticas oficiales de
fallecidos por el coronavirus. “Están ocultando la causa de la muerte porque
quieren ocultar sus propios errores. No es una cuestión de dinero sino de que
haya una investigación justa”, critica su hermana. Tras la polémica
local, las autoridades afirman que la partida de defunción es
“provisional”, aunque en el documento consta que es “definitiva”.
El caso de la
enfermera de Baskortostán es uno de los recogidos en un listado no oficial de
sanitarios fallecidos por la covid-19 que un grupo de médicos y profesores está
elaborando ante el silencio de la Administración. Las autoridades rusas no
recogen de manera oficial y sistemática las cifras de profesionales de la salud
contagiados o fallecidos por el coronavirus. En el triste listado hay otros 154
nombres, explica el cardiólogo Alexéi Erlij, uno de los precursores de la
iniciativa, que recibe información de todos los puntos de Rusia. Son el 7,35%
de los fallecidos.
“No quiero hacer
analogías con los tiempos de guerra, pero cuando un país afronta un conflicto
hay que saber cuántos militares y cuántos civiles han muerto. En este caso, los
sanitarios están en primera línea, como los militares, hay que saber cuántos
cayeron y cuántos hay en la reserva”, señala Erlij, que desconfía profundamente
de las estadísticas oficiales de fallecidos por la covid-19. “Voluntaria o
involuntariamente muchas muertes por coronavirus no pasan a engrosar las cifras
oficiales. Se puede no diagnosticar el virus pese a que todos los síntomas
están presentes. Así es la lógica de ciertos dirigentes que puede influir en
los datos. O simplemente están acostumbrados a mentir”, señala. En Rusia,
cuatro gobernadores han caído durante la epidemia de coronavirus, después de
que sus regiones saltasen a los titulares por grandes brotes de
infectados. Nadie quiere estar bajo el foco y con una gestión
tan descentralizada y opaca eso puede estar afectando —incluso
involuntariamente— a las cifras.
Seis
millones de test
Otros expertos,
como Viktor Maléyev, vinculado a Rospotrebnadzor, la agencia estatal que vigila
los derechos del consumidor y el bienestar y responsable de contabilizar los
infectados de todo el país, cree que la tasa de mortalidad de Rusia es más baja
porque se han detectado muchos más casos. Según las autoridades, casi seis
millones de rusos se han hecho test de coronavirus. “Debido a las pruebas
masivas de la población y la identificación de infectados principalmente
asintomáticos, el numero relativo de fallecidos es menor que en otros países”,
señala por correo electrónico Maléyev.
También la
viceprimera ministra Tatiana Gólikova resalta la gestión rusa de la crisis
sanitaria y afirma que las cifra de fallecidos es “7,6 veces menor que en el
resto del mundo”. “Nunca manipulamos datos estadísticos oficiales”, ha dicho este
martes en una conferencia, tras las informaciones que cuestionan los números
rusos. El Kremlin aprobó una ley que criminaliza las informaciones falsas sobre
coronavirus. Una medida que, según denuncian los activistas, se está también
empleando para silenciar el debate en los medios independientes sobre la
transparencia en la crisis sanitaria.
Mientras tanto,
los sanitarios se quejan de la falta de material de protección para tratar a los
pacientes de la covid-19 y de medios adecuados para tratar a los pacientes,
como ocurrió en países como España. Rusia tiene una de las cifras más altas de
respiradores por habitante, pero muchos de ellos están inutilizables y se han
quedado anticuados, asegura Anastasía Vasilieva, líder de la Alianza de los
médicos, una organización vinculada al opositor Alexéi Navalni.
Como en otros
lugares, la presión de los sanitarios que trabajan con el coronavirus es
enorme, remarca. En las últimas semanas, tres médicos de distintos centros
rusos han fallecido tras precipitarse por la ventana de sus hospitales. Dos de
ellos habían hablado abiertamente de las malas condiciones de sus lugares de
trabajo. Los casos están bajo investigación, aunque muchas voces
dentro de la profesión creen que la desesperación le llevó a acabar con su vida
en una situación límite.
El Ministerio de Salud informa al día 12 de Mayo la situación de afectados debido al efecto del COVID - 19.
De acuerdo al informe presentado por el Ministerio de Salud, hoy 12 de mayo se cumple el quincuagésimo séptimo día de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus; la estadística desde que se anunciara el primer caso de COVID -19, a la fecha es la siguiente:- Muestras totales: 532,169- Casos positivos: 72,059 (22,735 PCR (+), 49,324 Rápida (+))
lunes, 11 de mayo de 2020
Coronavirus en Wuhan: la ciudad china registra un nuevo foco de coronavirus tras haber levantado el confinamiento de su población
En la ciudad china de Wuhan -donde el coronavirus surgió por primera a fines del año pasado- se ha detectado un nuevo foco de la enfermedad.
Wuhan reportó
este lunes cinco nuevos casos de covid-19, después de confirmar el domingo la
primera infección desde el 3 de abril. Las autoridades indicaron que el
pequeño foco de nuevos casos se dio en un mismo complejo
residencial.
En las últimas
semanas China ha relajado las restricciones impuestas a la población para
controlar la propagación del virus y los casos habían estado disminuyendo. Expertos y funcionarios de la salud han advertido que
a medida que los distintos países emerjan de las estrictas medidas de confinamiento
adoptadas y la gente empiece a moverse con mayor libertad, es probable que
aumenten las infecciones.
El pequeño
foco en Wuhan es el primero que surge desde el fin del estricto confinamiento
de la ciudad el 8 de abril.
Uno de los cinco casos reportados el lunes corresponde a la esposa de un hombre de 89 años cuya infección fue la primera confirmada en la ciudad en más de un mes este domingo.
El resto de casos habían sido clasificados anteriormente como
asintomáticos, lo que quiere decir que habían dado positivo, pero no
manifestaban señales clínicas como tos o fiebre.
Esas personas
pueden trasmitir el virus, aunque no esté enfermas, pero China no cuenta los
casos asintomáticos en su registro oficial de infecciones confirmadas hasta que
no manifiestan síntomas.
Cientos de casos asintomáticos están
siendo monitoreados por las autoridades de la salud en Wuhan.
Entretanto, durante el fin de semana,
en la ciudad de Shulan, en la provincia de Jilin, cerca de las fronteras con
Rusia y Corea del Norte, se reportaron 11 nuevos casos.
¿Qué está pasando
en la provincia de Wuhan?
Los medios estatales chinos
informaron que 11 casos de transmisión interna fueron registrados en Shulan el
sábado.
Un día
después, la ciudad declaró ley marcial y entró en
cuarentena, con el gobierno ordenando el cierre temporal de todos los
establecimientos públicos, según informó el diario Global Times.
Shulan ha sido elevada a nivel de
alto riesgo, la única ciudad del país con esa designación.
A todos los residentes se les ha
ordenado que se queden en casa y sólo un miembro de cada hogar puede salir cada
día a comprar productos esenciales.
Todo el transporte público se ha suspendido y no
se les permite a los taxis salir de la ciudad.
Las medidas suceden después de que
China hubiese declarado la semana pasada que todas las regiones del país habían
sido designadas como de bajo riesgo.
La vecina ciudad de
Jilin también fue elevada de bajo a mediano riesgo después de que se detectaran
dos nuevos casos -y ahora se teme que toda la provincia
podría estar en peligro.
Otras ciudades de la provincia se
encuentran en estado elevado de alerta. La cercana ciudad de Changchun y el
condado Dongfeng advierten que toda persona regresando de Shulan deberá entrar
en cuarentena por 14 días. Los servicios ferroviarios a varias de las ciudades también
fueron suspendidos.
La aledaña provincia de Liaoning
reportó un nuevo caso el domingo -una persona de 23 años que recientemente
había llegado de Jilin.
¿Qué generó las
nuevas infecciones en Shulan?
Todas las infecciones fueron
vinculadas a una mujer lavandera de 45 años que trabaja en una oficina de
seguridad pública. Ella luego infectó a su esposo, tres hermanas y otros
miembros de la familia.
Sin embargo, no se sabe cómo la mujer llegó a infectarse. Los
informes indican que no había viajado por fuera de la provincia y no se conoce
de ningún contacto con alguien de quien se sabe estuvo expuesto al virus. Un
total de 276 de sus contactos cercanos han sido puestos en cuarentena, dijo el
diario China Daily.
Pero es posible que la localización
geográfica de la provincia haya jugado un papel pues colinda con Corea del
Norte y Rusia. En las últimas semanas, la fronteriza provincia de Heilongjiang
ha visto un auge en el número de casos importados, principalmente de ciudadanos
chinos regresando de Rusia.
Igualmente,
ocho personas que retornaron de Rusia a Shulan entre el 8 y 30 de abril dieron
positivo en la prueba para el virus, según un funcionario del gobierno local.
Unas 300 persona más que regresaron en ese lapso de tiempo fueron puestas en
cuarentena. El secretario del Comité Provincial de Jilin expresó que la
ciudad rastreará todo contacto cercano, toda persona sospechosa y toda pista,
añadiendo que los movimientos de cada persona infectada serían rastreados para
intentar dar con la fuente.
¿Qué pasa en otras partes de
China?
China ha visto una caída en el número de casos durante semanas y ha estado relajando gradualmente las restricciones. Algunas personas han regresado al trabajo, unas escuelas han reabierto y, el lunes, el parque Disneyland en Shanghái recibió al público por primera vez en tres meses y medio.
Pero este
lunes, también, China reportó 17 nuevos casos a nivel nacional -el registro
diario más alto desde el 28 de abril- llevando el total de casos a 82.918, como
un número de muertos de 4.633. A medida de más partes de Europa y Estados
Unidos empiezan a relajar las restricciones, los gobiernos y expertos de la
salud han advertido que la pandemia está lejos de acabar
El Ministerio de Salud informa al día 11 de Mayo la situación de afectados debido al efecto del COVID - 19.
De acuerdo al informe presentado por el Ministerio de Salud, hoy 11 de mayo se cumple el quincuagésimo séptimo día de emergencia nacional para frenar el contagio del coronavirus; la estadística desde que se anunciara el primer caso de COVID -19, a la fecha es la siguiente:- Muestras totales: 512,869- Casos positivos: 68,822 (22,036 PCR (+), 46,786 Rápida (+))
Coronavirus: qué es la "contención inteligente" y cuál es la pieza clave que falta en el rompecabezas para combatir la pandemia
En países de Europa y algunas partes de Estados Unidos se han comenzado
a levantar parcialmente algunas de las medidas de confinamiento con el objetivo
de retomar la actividad económica.
América Latina también está evaluando cómo manejar las restricciones de
circulación, aunque su posición es mucho más vulnerable: el número de contagios aumentará en
las próximas semanas, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La gente necesita salir a trabajar para alimentar a sus familias y las
empresas tienen que vender para no irse a la quiebra, pero el riesgo de abrir
las puertas es que el número de víctimas se dispare.
¿Cuál es la mejor manera de proteger vidas y empleos?, ¿cómo calcular el costo
humano y económico de la pandemia para definir una
estrategia?
Justamente en eso han estado trabajando epidemiólogos y economistas que
desarrollan complejos modelos matemáticos para iluminar el camino de quienes
finalmente tendrán que tomar una decisión política.
Sergio Rebelo es
uno de ellos.
Profesor de Finanzas Internacionales de la Universidad Northwestern,
Estados Unidos, es una de las mentes detrás de este tipo de análisis.
Miembro de la Sociedad de Econometría, de la Oficina Nacional de
Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés) y del Centro de
Investigación de Política Económica, Rebelo y su equipo desarrollaron un modelo
para determinar el costo-efectividad de los confinamientos, medidos en dólares
y vidas humanas.
Su propuesta es hacer "confinamientos inteligentes" para enfrentar la pandemia, pero advierte que en Estados Unidos los expertos aún están a ciegas porque no tienen toda la información necesaria. Este es un resumen de la entrevista de BBC Mundo con Rebelo, editada por razones de claridad y concisión.
Si asumimos que no está disponible un tratamiento o una vacuna, el
modelo dice que hay que aumentar gradualmente los confinamientos y luego
disminuirlos a medida que decrecen las infecciones.
En este punto hay una cosa importante de entender. El confinamiento no
provoca la recesión, la profundiza. La recesión la vas a tener de todos modos.
Si las restricciones de circulación profundizan la
recesión económica, pero al mismo tiempo evitan un alza repentina de
contagios y muertes, ¿cuál es la mejor manera de enfrentar el problema?
Una manera de enfrentar la situación es la imposición directa de
confinamientos o cuarentenas.
Pero una mejor manera de abordar el asunto es aplicar alguna forma de contención
inteligente que requiere una gran capacidad para realizar
pruebas. El desafío es que no tenemos aún la capacidad para hacer las pruebas
suficientes.
Una contención inteligente implica definir cuánta gente ha desarrollado
inmunidad frente al virus. Esa es una pieza clave del
rompecabezas.
Necesitamos saber qué tan cerca estamos de
desarrollar inmunidad de grupo para poder
abrir la economía de una manera segura.
Entonces aumentando la capacidad de hacer pruebas puedes hacer una
contención inteligente.
¿Qué le parece la manera en que la crisis se
ha manejado en Estados Unidos?
No tenemos muchas maneras de poner en práctica el confinamiento
inteligente. En muchos casos estamos volando a ciegas porque no sabemos
realmente cuánta gente está infectada, cuántos se han recuperado, cuántos han
desarrollado inmunidad, ni por cuánto tiempo durará esa inmunidad.
Para responder esas preguntas necesitamos un tamaño considerable de
pruebas aleatorias y no hemos logrado esa capacidad.
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Uno de los temas importantes es que no sabemos cuál es la tasa de
mortalidad del virus.
El gran problema es que mucha gente muere por el virus, pero no queda
registrada.
Por otro lado, el número de infectados se ha medido muy mal. Y esto
ocurre porque mucha gente es asintomática.
¿Y cómo pueden las autoridades tomar una
decisión sobre imponer o levantar una cuarentena si hay muy poca información
confiable disponible?
Lo primero es prepararse para conseguir esa información. Pero si no es
posible, hay que moverse gradualmente. Si la
tasa oficial de contagiados y víctimas fatales no es tan grande, puedes
comenzar a abrir de a poco.
Pero esto es solo una manera de ganar tiempo hasta tener una vacuna o un
tratamiento efectivo. El problema es que, si abres muy rápido, puedes enfrentar
un resurgimiento de
la infección.
¿Entonces vamos a ver en el futuro ciclos
repetitivos de apertura y cierre de los confinamientos?
Espero que avancemos hacia la contención inteligente.
¿Dónde se ha puesto en práctica la estrategia
de contención inteligente que usted menciona?
En Asia principalmente. En 2003 tuvieron el SARS y después el MERS.
Gracias a esas experiencias estaban mejor preparados.
Una de las principales dificultades que vamos a tener en Occidente para
controlar el virus es que no hemos actuado a tiempo.
En Estados Unidos, por ejemplo, en los primeros meses hubo mucha
indecisión, no nos preparamos como podríamos haberlo hecho.
¿Y qué países lo hicieron bien?
Lo hicieron bien Corea del Sur, Taiwán, Singapur.
Ellos reaccionaron muy temprano haciendo cosas simples como tomarles la
temperatura a las personas y luego poner a los contagiados en cuarentena.
Se puede prevenir el alza de infecciones, pero hay que hacerlo al
inicio. Tienes que actuar rápido y tener un sistema nacional para implementar
esta estrategia de contención inteligente.
¿Qué piensa de la estrategia que aplicó Suecia, donde
se implementaron mínimas medidas de distancia social en comparación a otros
países y los confinamientos han sido muy selectivos?
Suecia es un caso interesante. Una de las cosas que es realmente
importante en relación a la tasa de mortalidad es la distribución de la edad de
la población.
Si tienes una gran cantidad de gente joven, la tasa de mortalidad es
menor. Esa ha sido la gran diferencia entre Italia y Corea del Sur. En Italia
hay mucha gente mayor y por eso la tasa de mortalidad fue devastadora.
El otro tema es la cantidad de interacciones entre las personas. En
Suecia hay menos contacto entre las personas, en comparación a las casas donde
viven varias generaciones, como en Italia o América Latina.
Que vivan abuelos, padres e hijos en el mismo lugar es algo mucho menos
común en Suecia.
Eso es clave y puede haberlos ayudado. Ellos implementaron medidas de
distancia social al inicio y su experiencia ha sido interesante.
Pero ellos no cerraron la economía como en
otros países...
Eso muestra nuestro modelo. En Suecia no cerraron la economía, pero de
todos modos tendrán una recesión.
De todos modos, la gente va menos a restaurantes, compra menos, viaja
menos. Eso pasa por el efecto de las precauciones que toma la gente, y eso se
puede ver en la economía sueca.
Ellos no necesitaron implementar medidas draconianas que otros países
han tenido que implementar porque llegaron tarde al juego.
¿Qué pueden hacer ahora los países que llegaron tarde al juego?
Cuando llegas tarde, tienes que desarrollar una enorme capacidad para
realizar pruebas y rastrear a las personas que estuvieron en contacto con los
contagiados.
No puedes cerrar la economía por un año o un año y medio hasta que en
teoría la epidemia se acabe, porque el sufrimiento económico sería enorme.
¿Y si no puedes desarrollar esa capacidad para
hacer pruebas porque no tienes los recursos?
En ese caso la única manera de salir del problema es logrando la inmunidad
de grupo, la inmunidad de un número importante de personas en
una población.
¿Cuál es el riesgo de no hacer nada a nivel de
políticas públicas?
Es la lucha entre la economía y la tasa de muerte. Todavía no sabemos la
tasa de mortalidad de este virus, pero si no se hace nada habrá un número
considerable de muertes.
Es razonable pensar que esas muertes ocurrirán en un período muy corto
de tiempo, eso es lo que este modelo predice.
Los hospitales se ven saturados y no solo aumentan las muertes
relacionadas con el virus sino también las muertes relacionadas con otras
enfermedades que no pudieron ser tratadas. Hay que mirar ese daño
colateral.
Habría que adaptar el modelo. La buena noticia en Latinoamérica es que
la población es bastante joven.
Lo primero que debes adaptar es la tasa de mortalidad en relación a la
estructura de edad de la población. Y luego revisar los supuestos que vas a
utilizar.





















