El cambio climático está afectando severamente a todo el mundo y sus consecuencias ya son visibles, literalmente. En la Antártida, el pasado lunes gran parte de la nieve se volvió “rojo sangre” y dejó intrigados a los científicos.
Los investigadores en la Estación Académico Vernadsky se sorprendieron al ver todo este tinte rojo en los bloques de hielo del lugar.
No es sangre, pero es igual de preocupante
El Ministerio de Educación y Ciencias de Ucrania explicó el fenómeno desde su cuenta de Facebook. Según detallan, las altas temperaturas conseguidas han hecho florecer a un particular tipo de alga:
Estos pequeños organismos han encontrado su nicho en climas extremadamente fríos. Durante los meses de invierno, están inactivos, esperando que el hielo y la nieve se descongelen. Cuando el ambiente se calienta, florecen y se replican en su entorno. Las algas cambian de color de verde a naranja a rojo durante su ciclo de vida, con flores particularmente intensas durante largos períodos de temperaturas justas.
Aunque no fueron miles de pingüinos o focas asesinadas, las algas microscópicas conocidas como Chlamydomonas nivalis que aparecieron durante las altas temperaturas (el caso de la Antártida está en 20,75 Celsius) siguen siendo igual de perjudiciales. El color blanco refleja una mayor cantidad de luz, lo que preserva un mayor tiempo de los bloques de hielo. El color rojo hace todo lo contrario, contribuyendo a su derretimiento.
Este fenómeno también se observa regularmente en el Ártico y los Alpes.
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