Las nuevas generaciones están perdiendo el contacto con la
naturaleza, sugieren varios estudios. ¿Cómo recuperarlo? Para empezar, menos
pantallas y más aire libre. Que los niños de ciudad, pegados a la televisión,
las tabletas, los teléfonos y las computadoras, se están olvidando de cómo
trepar árboles no es novedad. Pero cada vez más, los especialistas están
insistiendo en la necesidad hacerlos reconectar con la naturaleza. Y no sólo
por nostalgia o por conciencia ambiental.
En el
Reino Unido, casi 400 organizaciones nacionales, como la Sociedad Real para la
Protección de las Aves, intentan inspirar a los niños para que vuelvan a
interesarse por el entorno natural.
“El
tiempo que se pasa al aire libre ha disminuido, las excusiones son mucho más
cortas, los niveles de actividad han descendido y se ha perdido la capacidad de
identificar especies comunes”, dice Andy Simpson, quien encabeza la campaña The
Wild Network (la red salvaje).
La
preocupación va más allá de fomentar el interés por conservar y cuidar el medio
ambiente. Según la hipótesis del autor estadounidense Richard Louv, quien acuñó
la frase “trastorno de déficit de naturaleza” en 2005, el alejamiento del mundo
natural implica un amplio espectro de problemas de comportamiento.
Para
evitar esto, la campaña promueve que los niños salgan y disfruten de los
simples placeres que ofrece el aire libre.
“Puede
ser saltar en los charcos, jugar con las montañas de hojas secas que se juntan
en otoño o escuchar cómo cantan los pájaros desde las copas de los árboles”,
sugiere Phil Burfield, de la RSPB, “Pero sobre todo es importante divertirse”.
De
acuerdo a varios estudios, este tipo de interacciones puede mejorar la
actividad cerebral, reducir los niveles de agresión y aliviar la depresión. En
2012, un estudio realizado por psicólogos de las universidades de Utah y
Kansas, en Estados Unidos, mostró que personas que habían pasado cuatro días
acampando desconectadas de dispositivos electrónicos mejoraban en un 50% su
desempeño en un test de creatividad.
NATURALEZA
URBANA
Sin
embargo, no hace falta irse muy lejos para permitir el influjo de la vida
silvestre. Un simple paseo por un parque puede ser beneficioso. “Todos
podemos cometer el error de pensar que la naturaleza está sólo en ciertos
lugares y que el asfalto, los ladrillos y los densos ambientes urbanos
significan que allí no hay naturaleza”, explica Lorna Fox, de la Fundación de
Vida Silvestre de Londres. “Pero la
naturaleza está en todas partes, y en cuanto sales de tu casa, estás al aire
libre”. “Se trata de encontrar la vida silvestre en la puerta de tu casa y de
descubrir las visiones, sonidos y olores de la naturaleza, así sea en un
pequeño jardín, un parque local o un espacio verde al final de la calle”,
explica David Bond, director de una película documental que promueve The Wild
Network. Pero, ¿por qué nos distanciamos cada vez más de la naturaleza? Algunos
dicen que se debe a que trabajamos más horas, o a que dependemos más de la
tecnología.
Otros
creen que la gente siente que el mundo exterior es cada vez más inseguro, o que
ya no se conocen los beneficios que ofrece la vida silvestre. Según Fox, el
contacto con la naturaleza puede favorecer la vida en el entorno urbano. Por
ejemplo, facilitando mejores interacciones sociales. “Hacer algo al aire libre
-dice- significa hacer algo con las manos, explorar con los ojos, con los oídos,
tal vez con el olfato. Y eso significa mejores relaciones con los demás”.
Además,
los organizadores de The Wild Network creen que cambiar 30 minutos de
televisión y videojuegos cada día por actividades al aire libre puede mejorar
la salud, la lucidez y el bienestar de los niños. Aquí van, entonces, cinco
ideas simples para que niños y adultos salgan y disfruten de la naturaleza,
incluso en la ciudad:
Pararse,
mirar, escuchar
Actividades
como mirar cómo caen las hojas de los árboles por unos segundos o dedicarle 10
minutos a observar un pájaro. Es bueno tomarse el tiempo de mirar y detectar la
vida silvestre que nos rodea.
Caminar
por un parque
Un
simple paseo por un parque puede ser un rápido remedio natural. Para
identificar lo que se ve, se puede tomar una foto y compartirla en la página
web iSpot (actualmente en inglés, pero con planes de ampliar los idiomas
pronto), en la que los usuarios ayudan a reconocer plantas y animales.
Usar los
otros sentidos
Nos
confiamos demasiado en la vista y una de las formas más simples de volver a
conectarse con el mundo natural es usar los otros sentidos: tocar la corteza de
un árbol, escuchar a los pájaros, las ranas, los grillos, oler las flores y las
hojas.
Más
espacio para la naturaleza
Ofrecer
un hogar a la vida silvestre, aunque sea en un pequeño jardín o cualquier
espacio verde. Construir un comedero para pájaros, amontonar ramitas y hojas
para reptiles y anfibios o crear un hotel para insectos.
Dedicar
tiempo a los árboles
Incluso
en los ambientes urbanos hay árboles. No es tan difícil observarlos y notar
cómo cambian con las estaciones, e identificar sus hojas, sus formas, sus
colores.
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