viernes, 5 de octubre de 2012

IMPULSO AL DESARROLLO ECOLÓGICO EN LOS BARRIOS

Iquitos - Perú
La micro área urbana, que comprende los barrios y los distritos de una ciudad, es especialmente significativa para el desarrollo y la comprobación de las ideas de la reestructuración ecológica, ya que constituye el lugar donde las personas viven, llevan a cabo su actividad diaria y sufren más directamente el agravamiento de los problemas ambientales. En la ciudad es posible reconocer las relaciones causales entre los problemas y las repercusiones que éstos tienen para las personas, así como comprender mejor y tratar la apatía o "irresponsabilidad organizada".

Se deben desarrollar soluciones ambientales para la ciudad que tengan en cuenta las verdaderas condiciones de vida y trabajo en los barrios y los distritos. Es necesario acometer la integración de la planificación y de las estructuras propias de la ciudad, como los sistemas de eliminación de desechos, consideradas en la actualidad como meros elementos técnicos y funcionales, y organizadas sin tener en cuenta las interrelaciones con el resto de estructuras.

En un contexto de creciente urbanización, se debe desarrollar en los barrios una relación entre el hombre y el medio ambiente nuevo y sostenible. La nueva ética de comportamiento debe basarse en métodos renovados de participación y corresponsabilidad.

Es necesario reorganizar la arquitectura y el diseño urbano para construir infraestructuras a pequeña escala y redes comunitarias que permitan poner en contacto a los habitantes de las ciudades con los procesos y las funciones que en ellas se realizan. Para ello, es imprescindible respetar las condiciones locales y tener en cuenta los diversos tipos de individuos así como las estructuras y los procesos urbanos.

Actualmente, al analizar la aplicación de medidas de ecología urbana, se considera que los barrios y los distritos constituyen el nivel espacial y funcional dentro de la ciudad más apropiado para el desarrollo y la comprobación de las nuevas conexiones, entre los modernos sistemas urbanos descentralizados y los anteriores centralizados, ya sean éstos de carácter técnico, político, social o económico. Las primeras aproximaciones a esta cuestión han puesto de manifiesto que la organización de los programas debe depender de la situación particular de cada comunidad.

El tratamiento de los residuos exige la coordinación a nivel de barrio de medidas como la reducción de volumen, la recogida de materiales reciclables, tóxicos o de otro tipo y su transformación en abono. Crear jardines comunitarios y parques de barrio, recuperar y cultivar la tierra y cubrir de vegetación los tejados y las fachadas son algunas de las medidas necesarias para mejorar el microclima. También se precisa de la cooperación en los barrios para descentralizar los sistemas de abastecimiento de agua: agua de lluvia, aguas residuales y aguas subterráneas. En los barrios modelo deberían establecerse medios para atenuar el tráfico y límites de velocidad, además de recuperar y reutilizar la superficie en beneficio de los peatones, los ciclistas y la ampliación de las zonas verdes. Por último, el nivel de barrio es importante para poner a prueba sistemas de conservación de la energía y de suministro térmico, como las centrales de cogeneración de energía descentralizadas, las centrales térmicas locales, las tecnologías de intercambio de calor y las tecnologías solares.

Las estrategias de comunicación ambiental deben desarrollarse en conexión con los "módulos" de orientación más técnica. La experiencia demuestra que las alternativas tecnológicas resultan ineficaces cuando no se completan con información, educación y formación. Se debe ofrecer a los pobladores nuevas oportunidades profesionales y de formación que les permitan acceder a un empleo remunerado, pero que también les capaciten para favorecer y apoyar la iniciativa individual y la participación en la organización de la vida diaria del barrio.

Debido a la aplicación de nuevos proyectos de construcción y a las nuevas demandas en la sanidad y otros servicios, se abren nuevas posibilidades al empleo y la profesionalización en el área de la ecología. A la reconstrucción ecológica del medio ambiente hay que sumar la transformación ecológica de la producción y de las actividades de servicios. Las actividades relacionadas con la ecología sólo experimentarán un verdadero avance cuando la organización de la vivienda, el empleo y el consumo favorezca dichas actividades sin implicar un excesivo coste adicional ni en tiempo ni en dinero. Es pertinente constatar la necesidad de establecer un conjunto de medidas ecológicas a nivel de barrio.

La reconstrucción urbana ecológica puede representar un campo beneficioso para las actividades a pequeña y mediana escala emprendidas a nivel de barrio, así como para las empresas de mayor dimensión, con lo que se crearían nuevos mercados y puestos de trabajo.

Es importante destacar el establecimiento de los requisitos adecuados para situar a la productividad económica, la creatividad tecnológica y la motivación social en una dirección que contribuya a mejorar las condiciones ambientales en el barrio y en la ciudad. El desarrollo de estrategias sociales, ambientales, políticas y económicas integradas supondrá un reto fundamental, especialmente en los barrios de las ciudades más afectadas por ese tipo de problemas

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