miércoles, 12 de septiembre de 2012

¿QUÉ PROVOCA EL CALENTAMIENTO GLOBAL?

El rápido calentamiento de las zonas árticas y otros desastres climáticos han llevado a los científicos a determinar que estamos por encima del límite seguro con 387 ppm (partes por millón). Si no somos capaces de retornar rápidamente a las 350 ppm en este siglo, existe el riesgo de que ocurran desastres irreversibles como el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia y la liberación de grandes cantidades de gas metano proveniente del derretimiento de la capa de hielo subterránea.


Durante toda la historia de la humanidad hasta hace 200 años, la atmósfera ha contenido 275 partes de dióxido de carbono por millón. Las partes por millón se refieren a la proporción del número de moléculas de dióxido de carbono en relación con otras moléculas en la atmósfera. Esa cantidad de CO2 es útil, ya que sin CO2 y sin otro tipo de gases de efecto invernadero que concentran el calor en la atmósfera, la Tierra sería un lugar muy frío, inhabitable para la especie humana.


A principios del siglo XVIII, comenzamos a consumir carbón, gas y petróleo para producir energía y bienes. De este modo, la cantidad de carbono en la atmósfera comenzó a aumentar, primero lentamente y ahora mucho más rápido. Muchas de las actividades diarias que llevamos a cabo, tales como encender la luz, cocinar, utilizar la calefacción o el aire acondicionado en nuestras casas dependen de fuentes de energía, como el carbón y el petróleo, que emiten dióxido de carbono y otros gases que atrapan el calor en la atmósfera. Estamos sacando el carbón de miles de años, almacenado bajo la superficie terrestre en forma de combustibles fósiles, y soltándolo a la atmósfera.


Actualmente los científicos afirman que es demasiado, que este número es el más alto que se ha registrado en la historia de nuestro planeta, y ya estamos comenzando a ver el terrible impacto sobre las personas y lugares en todo el mundo. Los glaciares de todo el mundo se están derritiendo rápidamente y suponen una fuente de agua potable para cientos de millones de personas.



Los mosquitos, que son partidarios de un mundo más cálido, se están propagando por muchos nuevos lugares portando la malaria y el dengue. La sequía se está generalizando, haciendo que los cultivos tengan dificultades para crecer en muchos lugares. El nivel del mar está comenzando a crecer y los científicos advierten que podría aumentar hasta varios metros este siglo. Si esto ocurre, muchas de las ciudades en todo el mundo, islas y campos quedarían inundados. Los océanos son cada vez más ácidos debido al CO2 que absorben y esto genera la desaparición de grandes cantidades de barreras de corales en el mundo. Estas consecuencias están contribuyendo a agravar los conflictos y problemas de seguridad en regiones que ya sufren escasez de recursos.


Probablemente el mensaje más claro de que el cambio climático se está produciendo mucho más rápido de lo que los científicos pensaron nos está llegando desde el Ártico. En el verano de 2007, el hielo marino estaba un 39% por debajo de la media de los veranos del periodo 1979 a 2000, lo que supone una pérdida de superficie equivalente a cinco veces el Reino Unido.

Debido a que la situación empeora más rápido de lo esperado, un grupo de científicos importantes de todo el mundo han modificado el límite máximo seguro de CO2 y en la actualidad es de 350 partes por millón. Este es el último y más importante número que tienen que saber. James Hansen, de la Administración Nacional Aeronáutica y Espacial Estadounidense, el primer científico que advirtió sobre el cambio climático hace más de veinte años, escribió recientemente: “Si la humanidad desea preservar un planeta similar a aquel en el que las civilizaciones se desarrollaron y al que la vida en la Tierra está adaptada, las pruebas paleo climáticas y el cambio climático que está teniendo lugar sugieren que el CO2 debe reducirse desde las 385 partes por millón actuales hasta un máximo de 350 partes por millón”.


Esto no será tarea fácil, pero tampoco imposible. Tenemos que dejar de extraer carbono de la tierra y emitirlo al aire. Por encima de todo, esto significa que tenemos que dejar de quemar tanto carbón y comenzar a utilizar la energía solar, eólica y otras fuentes de energía renovables a la vez que nos aseguramos de proporcionar a los países del sur posibilidades de desarrollo. Si así lo hacemos, la Tierra irá dejando parte del carbono fuera de la atmósfera cíclicamente y terminaremos volviendo al límite seguro. Al disminuir el uso de otros combustibles fósiles y mejorar las prácticas agrícolas y forestales en todo el mundo, podríamos volver a 350 para mediados de siglo. Sin embargo, cuanto más tiempo estemos en la zona de peligro (por encima de 350), más posibilidades tendremos de sufrir terribles consecuencias climáticas.

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