El texto aborda la preocupante desconexión entre las promesas de limitar el calentamiento global a 1.5°C y la realidad del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque líderes como Sultan Al Jaber, presidente de la COP28, declaran un compromiso con el límite de 1.5°C, sus acciones, como la expansión de la producción de combustibles fósiles, contradicen estos objetivos. Esto refleja una tendencia más amplia en la que las políticas climáticas dependen de tecnologías especulativas como la eliminación de dióxido de carbono y la geoingeniería, en lugar de la rápida y necesaria reducción de emisiones.
Se destaca el concepto de "exceso" como un enfoque peligroso,
donde se permite que las temperaturas superen los límites establecidos con la
esperanza de revertir el daño más tarde. Sin embargo, este enfoque ignora los
riesgos de los puntos de inflexión climáticos que podrían tener consecuencias
catastróficas e irreversibles.
El texto concluye que el Acuerdo de París ha fallado en sus objetivos, y que
continuar quemando combustibles fósiles mientras se apuesta por soluciones
tecnológicas inciertas solo exacerbará los impactos climáticos, amenazando con
un sufrimiento masivo y la destrucción ambiental.