Debido a la
gran demanda de oro y al alto precio que se paga por este, la minería aurífera
informal en suelos aluviales se han extendido de manera muy rápida en las
últimas décadas.
Se calcula que
esta actividad ha destruido ya más de 32 mil hectáreas de bosques y ha
contaminado varios ríos con mercurio y otros agentes peligrosos.
Según un
informe del Ministerio del Ambiente y el Instituto de la Amazonía, en los
últimos 20 años más de 3 mil toneladas de mercurio han sido arrojadas a los
ríos amazónicos.
Los agentes
contaminantes son arrastrados por el agua, así también, los animales
contaminados migran a otras áreas
Se estima que
en la región se producen entre 16.000 a 18.000 kilos de oro al año y por cada
uno extraído, se utilizan 2.8 kilos de mercurio.
La minería
también destruye el paisaje, la fauna y la flora, afectando directamente la
industria turística.
Los efectos de
la contaminación del mercurio durarán mucho tiempo y serán más significativos
en el futuro, tanto en la salud de las personas como en el ambiente.